Al menos 300 peregrinos hindús, en su mayoría mujeres y niños, murieron ayer en la estampida que siguió a un incendio en el estado indio de Maharashtra (oeste del país). El suceso, que también dejó 200 heridos, tuvo lugar a mediodía en los alrededores del templo dedicado a la diosa Mandharadevi, cerca de Wai (250 kilómetros al sur de Bombay), donde se concentraron entre 300.000 y 400.000 personas para agradecer a la divinidad las cosechas anuales.

Sobre el origen del fuego que causó la estampida circularon versiones contradictorias. Según algunos, el incendio se inició debido a un cortocircuito que hizo explotar un transformador. Ello causó unas llamas que alcanzaron varios puestos de comida próximos, en los que estallaron bombonas de gas usadas para cocinar. Otros testigos informaron de que todo empezó por la caída de un cable eléctrico sobre algunas personas, que empezaron a correr causando el pánico.

Fuera como fuere, la mayoría de los muertos fallecieron aplastados o debido a la asfixia provocada por la presión de la multitud. La situación se agravó por el hecho de que miles de peregrinos trataban de acceder al templo, al tiempo que otros miles intentaban salir. Tras el suceso se produjeron incidentes violentos y grupos de personas incendiaron puestos de vendedores ambulantes y robaron parte de sus mercancías. "Hubo un gran caos", relató un testigo.

Los muertos y heridos fueron llevados en autobuses a varios hospitales de la región. El director adjunto de la policía de Maharashtra, V. N. Deshmukh, destacó la dificultad de las labores de rescate. El templo está situado en lo alto de una colina de difícil acceso. Además, los cientos de miles de personas concentradas allí hicieron casi imposibles los desplazamientos de los equipos de socorro.