Seis soldados italianos de la OTAN y 10 civiles afganos murieron ayer en un atentado suicida de los talibanes contra un convoy militar en Kabul. Otros cuatro soldados italianos resultaron heridos de gravedad. Se trata del peor ataque sufrido por las fuerzas italianas en Afganistán y se produce justo cuando EEUU y sus aliados están revisando su estrategia en ese Estado fallido.

Los 10 soldados italianos regresaban del aeropuerto y viajaban en dos vehículos blindados cuando un coche bomba conducido por un kamikaze se estrelló contra ellos. La explosión, de gran potencia, retumbó en toda la ciudad y produjo un enorme cráter. El atentado se produjo poco después del mediodía (hora local) en una de las arterias más concurridas de Kabul. Los talibanes han incrementado en los últimos meses los ataques en el corazón de la capital afgana.

Los militares muertos y heridos pertenecen al 183 Regimiento de la Folgore, con sede en Kabul, donde Italia tiene 450 hombres. En total, hay 3.250 soldados italianos en Afganistán, la mayoría en el oeste del país; 500 de ellos fueron enviados para las elecciones. Con el incidente de ayer se eleva a 21 el número de italianos muertos desde el inicio de la misión en el 2004.

En Roma, la noticia del atentado provocó una enorme conmoción, pero el Gobierno reafirmó su voluntad de no dar el brazo a torcer ante la amenaza de los talibanes. "Les digo a los agresores cobardes e infames que nos han atacado que no nos detendrán y que nuestra misión continuará", afirmó el ministro de Defensa, Ignazio La Russa, ante el Senado.

El primer ministro, Silvio Berlusconi, envió un mensaje de condolencia a las familias de las víctimas y dijo que los soldados trabajaban "en favor de la democracia y la libertad en ese país".

Una manifestación convocada para el sábado por la Federación de Periodistas Italianos en favor de la libertad de prensa y contra el control que ejerce Berlusconi sobre los medios de comunicación ha sido anulada en señal de respeto a las víctimas.