Los demócratas norteamericanos ya tienen una cifra que arrojar a la cara de George Bush en la campaña electoral para las presidenciales de noviembre. Su aventura militar en Irak ha costado ya la vida a un millar de soldados estadounidenses, exactamente 999 según el Pentágono. El propio secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, se hizo eco ayer de esa simbólica cifra.

"Muy pronto, las fuerzas estadounidenses van a sufrir 1.000 muertes a manos de los terroristas y extremistas en Irak", afirmó el secretario de Defensa. "Combinado con las pérdidas en otros teatros de la guerra global contra el terror, significa que hemos sobrepasado largamente el millar de muertos", añadió.

Y lo peor es que todo indica que la guerra está lejos de acabar. Los shiís han vuelto a coger las armas, la insurgencia sigue actuando a diario y el Gobierno interino parece incapaz de acabar con el caos que reina en el país. A 55 días de las elecciones, el fantasma de Vietnam amenaza a Bush y ofrece a John Kerry, su rival demócrata, munición retórica para la campaña.

JORNADA SANGRIENTA La semana ha empezado mal para las tropas norteamericanas desplegadas en Irak. Entre el lunes y ayer, 13 soldados estadounidenses han perdido la vida, víctimas de diferentes acciones armadas de la insurgencia. El último en caer fue un miembro de la policía militar, que murió ayer por la mañana mientras patrullaba por Ciudad Sadr.

A esa muerte hay que sumar la de otros cuatro soldados que fallecieron el lunes en varios ataques con explosivos en Bagdad y Mosul. La cifra se cierra con los siete marines muertos el lunes en Faluya, cuando un coche bomba estalló al paso de un convoy. Tal vez como represalia, EEUU bombardeó ayer esa ciudad bastión de la resistencia, y según sus fuentes mataron a un centenar de insurgentes.

Ayer, en Bagdad, las tropas norteamericanas tuvieron que emplearse a fondo para hacer frente a los milicianos fieles al clérigo radical shií Moktada al Sadr asentados en el barrio que lleva su nombre. En este suburbio, soldados estadounidenses y partidarios de Sadr libraron encarnizados combates que dejaron un saldo de al menos 40 muertos y más de 170 heridos.

Según la versión norteamericana, los combates en Ciudad Sadr se iniciaron después que milicianos shiís atacaran a una patrulla y mataran al soldado estadounidense. "Recibieron fuego enemigo y repelieron el ataque", aseguró el capitán Brian O´Malley. Poco después, tanques y vehículos blindados cortaron las principales vías de acceso al barrio, mientras aviones y helicópteros sobrevolaban la zona.

El portavoz en Bagdad de los radicales shiís, Raed al Kadhimi, aseguró que los enfrentamientos se produjeron después de que soldados norteamericanos disparasen. Los combates de ayer son los más intensos registrados en Irak desde que la semana pasada Sadr declaró un alto el fuego en Nayaf.