Las inundaciones que han afectado el noroeste de Australia, las peores que ha sufrido la región en décadas, han causado la primera víctima mortal. Asimismo, dos personas han desaparecido, según han informado fuentes oficiales.

La víctima es una mujer de 41 años que fue arrastrada por la corriente el sábado mientras intentaba cruzar el río Leichhardt, cerca de la localidad de Burketown, en el noroeste de Queensland, junto a otras ocho personas que viajaban en dos coches. La policía consiguió rescatar a los acompañantes de la mujer, cuyo cadáver fue encontrado este domingo.

Los equipos de rescate buscan desde el sábado a un hombre que desapareció arrastrado por un torrente de agua en Tannum Sands, a unos 140 kilómetros al sur de Rockhampton, mientras pescaba con su barca en la desembocadura del río Boyne. En Rockhampton se busca a otro hombre que desapareció este domingo cuando nadaba en el río Fitzroy.

Más de 200.000 personas se han visto afectadas por las inundaciones que mantendrán aisladas, al menos durante 10 días más, vastas zonas del estado de Queensland, de una superficie igual a la de Francia y Alemania juntas, en un desastre que el las autoridades del estado han calificado de "proporciones bíblicas".

POBLACIONES ANEGADAS

En algunas zonas el nivel del agua ha empezado a bajar, pero en otras, como en Rochampton, el río Fitzroy continúa creciendo y se espera que alcance su punto máximo de 9,4 metros el próximo miércoles. En esa localidad de 77.000 habitantes se calcula que la riada anegará entre 2.000 y 4.000 viviendas en los próximos días y cortará dos autopistas, mientras el aeropuerto ha tenido que cerrar. A pesar del trabajo a contrarreloj que están haciendo sus habitantes colocando sacos de arena para proteger lo poco que les queda, el alcalde, Brac Carter, indicó que el 405 de la población se verá afectada por las inundaciones.

En Emerald, el centro del estado, el río Nagoa ha sumergido el 80% del municipio y a un millar de casas. Susu 1.300 habitantes han sido evacuados a un centro de refugiados. En Bundaberg, en cambio, donde todos los edificios quedaron bajo el agua, se han podido iniciar las tareas de limpieza una vez el río Burnett ha bajado hasta los 2,5 metros después de que el jueves alcanzara un máximo de 7,9 metros.

Días de lluvias torrenciales generadas por el ciclón Tasha han dejado miles de casas y negocios inundados, campos de cultivos anegados y carreteras cortadas, un desastre que costará varios miles de millones de dólares a las autoridades locales y las compañías de seguros.