El diario ruso de información económica Kommersant asegura en su edición de hoy que el número real de víctimas mortales del atentado terrorista perpetrado ayer en un tren del metro de Moscú triplica la cifra oficial y llega a 120 fallecidos. "Hay unos 60 cadáveres enteros y otros tantos destrozados", asegura en el diario un médico que participó en la recogida de restos humanos.

Según los últimos datos oficiales, el atentado en el metro causó 39 muertos (a los que algunas fuentes añaden otro, fallecido en el hospital) y 134 heridos, de los cuales siguen hospitalizados 128, incluidos 34 en estado grave y muy grave.

Un portavoz del Comité de Sanidad de la capital ha dicho a Interfax que en el lugar del siniestro "fueron hallados 24 cadáveres y 32 fragmentos de cuerpos humanos, que deberán ser identificados".

Sin embargo, un médico que participaba en la recogida de restos humanos en el túnel del metro donde ocurrió la explosión ha asegurado al corresponsal de Kommersant que en total había unos 120 pasajeros muertos. "Hay unos sesenta cadáveres enteros y otros tantos destrozados", ha afiramdo el médico en el diario.

Agentes de seguridad encargados de las pesquisas en el lugar del atentado han dicho al periódico que había "al menos 100 víctimas, pero es una cifra aproximada" y han afirmado que la definitiva se sabrá dentro de una semana, cuando termine la identificación de todos los restos.

El atentado con explosivos, de una potencia equivalente a cinco kilos de trilita y cometido a una hora punta de la mañana en un vagón del metro repleto de pasajeros, ha sido atribuido a radicales islámicos chechenos, que se han responsabilizado de otros ataques terroristas cometidos en los últimos tiempos en la capital rusa pero que han negado tajantemente haber cometido éste.

La versión principal que investigan las fuerzas de seguridad apunta a que el ataque fue perpetrado por un terrorista suicida, aunque tampoco descartan que los extremistas hayan introducido y abandonado en el vagón una bolsa o maletín con los explosivos.

Las autoridades rusas buscan a un hombre y dos mujeres como autores o cómplices directos del ataque.