Los nacionalistas corsos arrasaron ayer en la segunda vuelta de las elecciones regionales y, como se esperaba, amplificaron los resultados que habían obtenido el pasado domingo en la primera, de forma que tendrán una holgada mayoría absoluta en la nueva Asamblea. Según las estimaciones del instituto demoscópico Ipsos publicadas por France 3 antes de que se conocieran los datos oficiales, la coalición formada por los autonomistas de Gilles Simeoni y los independentistas de Jean-Guy Talamoni consiguieron el 56,9% de los votos, después de haber logrado un 45,36% hace una semana.

La coalición Pè a Corsica (Por Córcega), de confirmarse esas cifras, tendría entre 40 y 42 de los 63 escaños de la Asamblea, frente a los 24 (de un total de 51) que había conseguido en los anteriores comicios de hace dos años.

La principal explicación de esa subida de Pè a Corsica en una semana parece ser un trasvase de votos de otra lista nacionalista que fue eliminada en la primera vuelta con un 6,69% de los votos (el mínimo para pasar era un 7%).

Muy lejos detrás de los nacionalistas, quedó en segunda posición la lista encabezada por el regionalista de derechas Jean-Martin Mondoloni, con un 16,5 % (14,97% el día 3). Por detrás venían las de Jean-Charles Orsucci, que cuenta con el apoyo del partido del presidente francés, Emmanuel Macron (con un 13,3 %, frente al 11,26% hace una semana), y la de Valérie Bozzi respaldada por Los Republicanos, la gran formación conservadora francesa (13,3%, frente al 12,77%). De confirmarse estas proyecciones, los nacionalistas partirían de una posición de fuerza para hacer valer las que son sus principales reivindicaciones ante el Gobierno francés, como un estatuto de autonomía en los próximos tres años que pueda aplicarse plenamente en un horizonte de diez años.