El Gobierno espera cerrar este jueves un acuerdo que se le resiste desde hace dos años: la venta de cinco corbetas a a armada de Arabia Saudí, que Navantia construirá en los astilleros de Cádiz y el Ferrol. El compromiso lo oficializará el príncipe heredero, Mohamad bin Salman, en el palacio de la Moncloa. Allí será recibido por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tras asistir a un almuerzo con los reyes en la Zarzuela.

Se trata de un acuerdo de intenciones que, en las próximas semanas, se concretará en tres contratos entre el astillero español y la sociedad SAMI (Industrias Militares de Arabia Saudí): la construcción de las corbetas, por valor de 2.000 millones, similares a las de la clase Avante 2200 vendidas a Venezuela; la colaboración en un 'hub' naval en el puerto de Yedá que acogerá a la armada saudí; y el adiestramiento de la tropa destinada a tripular los nuevos buques.

Este último aspecto es el que ha ocasionado buena parte de la demora en el acuerdo. Según está previsto, 600 soldados saudíes recibirán formación de los militares españoles, lo que obligará a adaptar las instalaciones de San Fernando (Cádiz).

El príncipe heredero, que este miércoles aterrizó en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz (Madrid), visita España para presentar un plan nacional de impulso económico (Saudi Vision 2030), que plantea profundos cambios económicos y productivos para su país. Bin Salman, de 32 años, es acompañado por un séquito de 600 personas y se aloja en el palacio del Pardo.

La operación de Navantia se cierra tras las intensas negociaciones del Gobierno y la Casa Real con Riad y supone el contrato más importante en la historia de Navantia. Felipe VI se desplazó en el 2017 para intensificar las negociaciones y el rey emérito preparó la visita de Bin Salman en su reciente viaje a Arabia Saudí.