Un mes después de la crisis de los rehenes en el Teatro Dubrovka de Moscú, el Kremlin sostiene que los terroristas chechenos fueron los "únicos culpables" de la muerte de 128 personas. Sin embargo, la investigación de una comisión civil, creada a instancias de parlamentarios rusos, revela que el elevado número de víctimas entre los secuestrados se debió, ante todo, a la "negligencia" de las autoridades que no habían garantizado asistencia médica inmediata a los intoxicados por el gas anestésico usado por las fuerzas especiales.

"Si todos los servicios hubieran actuado debidamente, el número de víctimas se situaría en unas 10 o 20 personas. Desde nuestro punto de vista, el centro de coordinación de la operación de rescate cometió al menos dos delitos que causaron víctimas mortales: negligencia y encubrimiento de información", sostiene Boris Nadezhdin, vicepresidente de la Unión de las Fuerzas de Derecha (UFD) en la Duma (Cámara baja).

SECRETISMO LETAL

Según datos oficiales, sólo cinco personas fallecieron por herida de bala antes de que los servicios especiales irrumpieran en el teatro. El informe de 11 expertos, como médicos y especialistas en situaciones de emergencia, asegura que los demás todavía estaban vivos cuando terminó la fase bélica de la operación de rescate. "La principal causa del dramático aumento del número de rehenes muertos fue la negligencia y el secretismo de los responsables de organizar la asistencia médica, el traslado a los hospitales y la coordinación general", refleja el documento.

ASISTENCIA DENEGADA

Según fuentes del Ministerio de Emergencias, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) que dirigió la operación de rescate no permitió montar un hospital de campaña cerca del teatro para evitar "demasiada publicidad". Como resultado, la mayoría de los afectados por el gas no recibió asistencia médica hasta llegar a los hospitales, cuando ya era tarde.

"Ni siquiera llevábamos camillas para transportar heridos o equipos de reanimación. Nos dijeron que teníamos que evacuar cuanto antes a todos los que pudieran andar", cuenta un médico que atendió a los rehenes. Los expertos que han analizado testimonios de testigos, cintas de vídeo y documentos oficiales estiman que decenas de personas murieron a causa de las "equivocaciones" y la falta de experiencia de los médicos, que les dieron por muertos cuando todavía podían reanimarles.

"Las primeras ambulancias no tenían ninguna instrucción respecto al gas y no llevaban el antídoto. Es decir, sus pacientes estaban condenados desde el principio", explica, por su parte, Boris Blojin, profesor de la Universidad Estatal Médica rusa. Cinco días después de la liberación de los rehenes, el pasado 26 de octubre, las autoridades rusas revelaron que el gas estaba "basado en derivados de Fentanil", un anestésico procedente del opio y cien veces más potente que la heroína.

El primer informe sobre la tragedia del Dubrovka fue publicado por la UFD, pese a la resistencia del Kremlin. Desde el primer momento, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha estado en contra de una investigación independiente sobre la crisis de los rehenes.

FRENO A LA INVESTIGACION

La presión del Kremlin hizo que varios expertos que participaron en el trabajo solicitaran el anonimato "para evitar problemas" con las autoridades. Pese a que el informe contiene pruebas concretas, los parlamentarios opinan que es poco probable que la investigación se interese por su documento.

La versión oficial sigue siendo que el alto número de los fallecidos se debió a la falta de agua y de comida, y al "estrés".