No, no a América! ¡No, no a los ocupantes!". Espoleados por el clérigo shií Moqtada al Sadr, miles de fieles gritaban ayer en la mezquita de Kufa los eslóganes antiestadounidenses que ya se han convertido en habituales cada viernes. Sadr, el enfant terrible del shiísmo iraquí, por ahora es sólo una china en las botas de las fuerzas de ocupación, pero sus continuos llamamientos a crear un ejército secreto empiezan a causar preocupación en Nayaf. Y fuerzas de ocupación, para Sadr, son todos los militares extranjeros. Eso incluye a la pequeña dotación de españoles que se desplegará en la zona.

MILES DE FIELES

La mezquita de Kufa, situada junto a Nayaf, la ciudad santa shií de Irak, está rematada por una preciosa cúpula dorada. Bebiendo continuamente agua y protegidos del sol con paraguas, cartones o retales de ropa, miles de fieles jalearon y escucharon ayer a Sadr. Separadas de los hombres, cientos de mujeres ocultas por sus chadores negros seguían la oración empapadas de sudor. Y Sadr no defraudó: reiteró su llamamiento a crear un ejército secreto --el Ejército del Mahdi-- para "expulsar a los invasores", aunque no llamó a la guerra santa.

¿Quién es Moqtada al Sadr? La principal fuerza de este joven clérigo --no se sabe a ciencia cierta su edad, pero ronda la treintena-- es ser hijo de Husein al Sadr, asesinado en 1999 en un atentado atribuido al régimen dictatorial de Sadam Husein. Defiende sin ambages la instauración de un régimen a lo iraní en Irak y se opone por igual a Sadam, al resto de clérigos de la escuela teológica de Nayaf y a las fuerzas de ocupación. Pero goza de gran prestigio entre las clases populares y alguno de sus discursos ha sido transmitido en directo por canales de televisión árabes.

Su principal enemigo es el Consejo de Gobierno iraquí, a cuyos miembros ayer calificó de "colaboracionistas que sólo buscan el poder", a pesar de que entre sus integrantes hay destacados dirigentes shiís. Sadr propuso la creación de un Consejo Popular basado en la ley islámica, ya que, "cuando no hay Gobierno, la ley islámica es la única que marca el camino recto". Un discurso plagado de loas a Dios, que cala poco a poco en las convicciones de los shiís.

Kufa y Nayaf son una prueba de que Irak, en realidad, es como mínimo tres países: los kurdos, los sunís y los shiís. Muy poco tiene que ver la vida en la ciudad santa shií con la de la zona suní o la de Bagdad. Los retratos del yerno de Mahoma, Alí, y su primo Husein aparecen por todas partes, es imposible ver a una mujer sin chador y la túnica blanca de los fieles musulmanes es prenda habitual en los hombres. El grupo de soldados españoles destinado en Nayaf tendrá que aprender a moverse en este complicado entramado de tradición y religión.