Tras la devastación de Nueva Orleans, y la vergonzosa ineficacia de la Casa Blanca, Bush admitió que el terrorismo no será derrotado "sólo con la fuerza de las armas", sino que hay que atacar sus "raíces". Pero Blair aún no se ha desdicho de la falsedad de que los atentados de Londres no tuvieron relación con la guerra de Irak, y Scotland Yard ha tardado más de dos meses en aceptar que matar a un inocente de siete disparos en la cabeza puede ser un crimen, aunque lo cometan agentes antiterroristas. Ojalá se imponga el sentido común, y no a tiros.

*Periodista.