Dicen sus asesores que Barack Obama ha pasado la noche viendo el partido que enfrentaba al equipo de sus amores, los Bulls de Chicago, contra los Bucks de Milwaukee en vez de seguir de cerca los resultados de las elecciones que se celebraron en algunos estados y ciudades de EEUU un año después de su histórica victoria en las presidenciales de 2008. De ser así, casi que fue lo mejor que pudo hacer porque a medida que fue avanzando la noche electoral solo fueron llegando malas noticias para los demócratas.

Virginia fue el primer estado donde se cerraron los centros de votación y solo hizo falta una hora para que los sondeos a pie de urna confirmaran lo que ya vaticinaban las encuestas, que los republicanos recuperarían el control después de ocho años de gobernadores demócratas. En la otra gran batalla electoral de la noche, en Nueva Jersey, las cosas estuvieron mucho más ajustadas pero finalmente la balanza se decantó del bando republicano, en lo que quizá supuso el mayor golpe para Obama.

Las miradas también estaban puestas en la ciudad de Nueva York, que volverá a quedar en manos del independiente Michael Bloomberg, aunque el alcalde que optaba por segunda vez a la reelección tras modificar hace unos meses la legislación sufrió más de la cuenta. Las distancias frente a su rival, el demócrata Bill Thompson, acabaron siendo bastante más pequeña de lo que durante semanas habían vaticinado las encuestas.

Virginia vuelve a ser republicana

La victoria de Bob McDonell en Virginia estaba dentro del guión porque todas las encuestas le daban como ganador frente al demócrata Creigh Deeds. Y aunque la Casa Blanca dijo por activa y por pasiva que los comicios no eran un plebiscito sobre la gestión de Obama, desde el bando republicano se toman el triunfo como una suerte de resurrección del partido, sobre todo de cara a las legislativas del próximo año en las que se renovarán un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes.

Tradicional feudo republicano, Virginia había votado por Obama en las elecciones de hace un año. Ahora los analistas se preguntaban si aquel capital político lograría inclinar la balanza por el candidato demócrata. Pero con el cien por cien de los votos escrutados, McDonell logró el 59% de los votos y Deeds el 41%, un batacazo incluso mayor de lo esperado. El mandatario saliente pertenece al partido de Obama pero no podía volver a presentarse por los límites establecidos en la legislación estatal.

Para los líderes republicanos sin duda se trataba de una buena noticia. El presidente del partido, Michael Steele, no ha podido ocultar su cara de felicidad cada vez que ha sido entrevistado por algunas de las cadenas de televisión. Estuvo en Richmond, la capital de Virginia, acompañando a McDonell hasta que Deeds salió a reconocer su derrota, y poco después se trasladó hasta Nueva Jersey para seguir de cerca los resultados en ese estado.

Sorpresa en Nueva Jersey

Si hubo sorpresas anoche sin duda fue en Nueva Jersey, donde el gobernador Jon Corzine perdió la batalla frente al republicano, Chris Christie, quien con el 99% de las mesas escrutadas se imponía con el 49% frente al 44,4% del demócrata. En las encuestas Corzine llevaba una ligera ventaja sobre su rival y hasta el propio presidente Obama había pedido el voto para su candidato. Pero no fue suficiente y Nueva Jersey, uno de los feudos demócratas, acabó ayer en manos republicanas.

En la ciudad de Nueva York la noche electoral no concluyó tan rápido como se esperaba. Las encuestas daban a Bloomberg más de diez puntos de ventaja sobre Thomphson, y aunque el alcalde volverá a regir los destinos de la Gran Manzana, los resultados fueron más reñidos de lo que se vaticinaba. Al cierre de esta crónica, con el 99% de mesas escrutadas, el independiente se imponía con el 50,6 % de los votos a Thompson, que lograba obtener el 46% de las papeletas.

La única buena noticia para Obama llegaba desde el norte del estado de Nueva York, donde Bill Owens, el demócrata que luchaba por el escaño vacante en la Cámara de Representantes correspondiente al distrito 23 se imponía en la contienda, al beneficiarse de la pelea encarnizada protagonizada por el independiente, Doug Hoffman, respaldado por el ala más radical de los republicanos, y Dede Scozzafava, apoyada por el sector más moderado de ese partido.

Otras votaciones

Ayer también salieron a votar los ciudadanos de otras ciudades como Houston, donde al cierre de esta crónica Annise Parker parecía destinada a convertirse en la primera alcaldesa lesbiana, o en Atlanta, donde Mary Norwood tenía todas las papeletas de ganar la batalla para ser la primera mujer blanca en gobernar la ciudad después de 35 años de alcaldes negros. No hubo sorpresas en Boston ya que el primer edil, Thomas Menino, volvió a salir elegido para un quinto mandato consecutivo.

También tuvo lugar un plebiscito en el estado de Maine donde los ciudadanos debían decidir sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, una legislación que ya había sido aprobado por el Legislativo estatal y ratificado por el gobernador John Baldacci la pasada primavera. Al cierre de esta crónica, con casi el 60% de las papeletas escrutadas, los partidarios de ratificarlo se imponían con el 51,5% frente al 48,5% de quienes preferían rechazarlo.

Por cierto, si a alguien le interesan los resultados de la NBA, anoche al final se impusieron los Bulls a los Bucks por un ajustado 83 a 81 en el marcador, un partido de infarto que quizá acabó siendo la única buena noticia de la jornada para el presidente Obama.