En los análisis a toro pasado que se llevan haciendo desde el 8 de noviembre, desde que Donald Trump se hizo con la victoria en las elecciones de los EEUU, va creciendo el porcentaje de 'culpa' que se le atribuye a las redes sociales y, más en concreto, a una serie de 'noticias falsas', de bulos, relacionados con Hillary Clinton y que hallaron el eco necesario para ser propagados por parte de personas cercanas al hoy presidente electo. Una de estas noticias, el irónicamente conocido como 'pizzagate', que vincula la exsenadora con una red de prostitución infantil que tenía su base en una pizzeria de Washington DC a punto ha estado de acabar en tragedia.

Un joven de 28 años armado con un rifle de asalto y una pistola irrumpió a las tres de la tarde del pasado domingo en el local. Su intención, destapar el pastel y dejar en evidencia a Clinton. En la pizzería llevaban ya días recibiendo amenazas telefónicas.

El bulo se hizo tan popular gracias a que lo compartieron personas como Michael Flint, hijo homónimo del asesor de seguridad nacional de Donald Trump.