La noticia retransmitida por Al Jazira de que uno de los cuatro rehenes italianos secuestrados en Irak había sido asesinado llegó a las diez de la noche, pero. sin el nombre de la víctima.

En el canal 1 de la RAI, Steven Spielberg estaba a punto de recibir un premio David --los Oscar de Italia--, de manos de Roberto Benigni. Franco Frattini, ministro de Exteriores, se encontraba en el estudio de Porta a Porta , el debate de la RAI más seguido de la noche y que debía empezar después de la gala. Al lado del ministro, varios familiares de los secuestrados esperaban el inicio del programa al que estaban invitados. El jefe del Gobierno, Silvio Berlusconi, volaba hacia una de sus mansiones, en Cerdeña. "Han roto una vida, pero no han agrietado nuestros valores", diría después. Y como una ruleta rusa de hora y media de duración, con un primer ministro y el titular de Exteriores ausentes de sus puestos, los programas siguieron, sin saber a quién había tocado la lotería de la muerte.

Petición de información

En las ciudades de Génova, Prato y Bari, 3 familias de los 4 secuestrados estaban pegadas a la televisión. Angelo, excarabinero y padre del cuarto rehén, disimulaba en su casa de Palermo y mantenía la tele y la radio apagadas: su esposa ni siquiera sabía que su hijo estaba en Bagdad. Más tarde cogería la bandera italiana y bajaría a la calle: "Que la gente me siga para pedir al Gobierno que salve a los rehenes". "¿Por qué no dicen quién es el muerto?", se preguntaba la madre de Prato.

Ni en Bagdad ni en Roma lo sabían todavía. Al Jazira explicaba que no daba el nombre ni mostraba el vídeo de la ejecución del ciudadano italiano "por respeto a la familia". "No somos una caja de resonancia de nadie", decía un periodista de la cadena en directo.

El gobierno desplazaba al embajador italiano en Doha (Qatar) a la CNN árabe , donde reconocería al muerto en las imágenes enviadas.

El conductor del debate Porta a Porta interrumpe la transmisión sobre los premios David y adelanta la emisión de su programa. "¿Cómo se siente, señora?". La hermana del rehén responde con la mirada perdida y un sollozo sofocado.

El ministro de Exteriores califica de "asesinos" a los autores. "Quiero acostarme con mi papá", solloza William, de 3 años, hijo del rehén palermitano. Francesco, hermano del secuestrado de Bari, dice directamente a los captores: "Nuestros familiares no son mercenarios, están allí para trabajar".

Extraña discusión

Durante días se discutirá sobre un secuestro muy extraño. El viernes se anunció el secuestro "de italianos" cuando los 4 afectados fueron capturados el lunes, tres días después. En Italia se rumorea que los secuestros fueron dos: el viernes le tocó a 2 agentes secretos, liberados después de negociar, y el lunes a los 4 agentes "privados". El nombre Fabrizio Quattrocchi, lo pronunció finalmente en directo el responsable de un diario digital. "Lo confirmo, lo sabemos desde hace seis minutos", apoyó Frattini. En el teatro de los Oscar, un Benigni tumultuoso gritó que "la guerra es estúpida y vulgar, lo contrario del arte". "Sueño la vida, pero muchos de mis sueños llevan lágrimas", añadió Spielberg.