Juan Manuel Santos se apega al protocolo. Iba a esperar a que sonara el teléfono y llegaran las felicitaciones de los presidentes de la región. "No voy a llamarlos yo", dijo. Y todo el mundo entendió que aguarda un gesto de Hugo Chávez y Rafael Correa, los presidentes de Venezuela y Ecuador, para reencauzar las relaciones. Aunque Santos fue esquivo, su esposa, Clementina Rodríguez, envió una señal a través de una revista del corazón. Cuando sobre Chávez, contestó: "Trabajemos juntos por el bien de nuestros compatriotas".