"Fue un gran desastre y creo que quienes se encargaron de las labores de desescombro hicieron todo lo que pudieron. Desgraciadamente no se puede ser perfecto cuando se trata de una tragedia de estas proporciones". El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, se disculpaba así ante los familiares de los 2.749 muertos en las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001 y anunciaba que un equipo médico peinará la zona cero en busca de más restos humanos después de que, el jueves, los trabajadores de la compañía de la luz encontraran docenas de huesos en una zona cubierta desde el 2002.

Han pasado cinco años desde los atentados y 1.151 familias todavía no han recuperado los restos de sus seres queridos. El nuevo hallazgo ha vuelto a abrir una herida que nunca ha cicatrizado. "Si hubieran sido capaces de hacer el trabajo, no estaríamos ahora así", clamó el viernes Sally Regenhard, que aún no ha podido enterrar a su hijo Christian.

PROTESTAS Los familiares se han plantado ante las autoridades, exigiendo que se detengan las obras y pidiendo la intervención del comando del Ejército que opera un laboratorio forense para identificar a soldados muertos en combate. Pero la construcción del memorial, la Torre de la Libertad y el intercambiador de transportes no se detiene.

Charles Wolf, marido de una desaparecida, apuntó que la búsqueda debería despolitizarse. "Tenemos un grave problema. ¿Dónde más van a encontrar restos y cuándo?". Diane Horning explicó cómo recuperaron parte del cuerpo de su hijo en el 2002. "Dios mío, ¿eso es más de Matthew? Pero si ha estado ahí durante cinco años", exclamó esta mujer que recibió una notificación en el 2005: las identificaciones se suspendían hasta nuevos avances técnicos en las pruebas de ADN. En septiembre, la empresa que trabaja con los restos anunció la puesta en marcha de otro método.