La cúpula militar de Estados Unidos trató ayer de contener el imparable escándalo de las sádicas torturas infligidas por sus soldados a los presos iraquís con el anuncio del primer consejo de guerra contra uno de sus presuntos autores, el soldado Jeremy Sivits. Pero ni siquiera la realización de este juicio en público, el próximo día 19 en Bagdad, paliará el impacto de las nuevas fotografías obtenidas por el semanario The New Yorker, en las que se ve la utilización de perros contra un preso de Abú Graib.

"Tiene las manos en la nuca y se inclina contra la puerta de una celda, encogido por el terror, mientras a pocos pasos ladran los perros" que tienen los soldados estadounidenses, explicó el periodista Seymour Hersh en el semanario. "En otra foto, tomada minutos después, el iraquí está tendido en el suelo, retorcido de dolor, con un soldado sentado encima de él que le presiona la espalda con la rodilla, mientras sale sangre de la pierna del preso", describió.

MAS PRESION Estas imágenes, tomadas el pasado diciembre, junto con otros centenares que el Pentágono accedió a entregar al Senado avivarán las peticiones de la oposición demócrata y de numerosos medios informativos para que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dimita.

En su comparecencia ante el Congreso, el viernes, Rumsfeld ya advirtió de la existencia de vídeos sobre las torturas, que aumentarán el escándalo. El secretario de Defensa afronta, además, una revuelta de sus propios generales en el Pentágono, algunos de los cuales han pedido incluso su dimisión por el fracaso de la posguerra iraquí.

"Creo que, estratégicamente, estamos perdiendo la guerra", declaró al diario The Washington Post el general Charles Swannack, jefe de la 82 División Aerotransportada. Otro general, que exigió permanecer en el anonimato, coincidió en que EEUU ya se encuentra camino de la derrota. "No creo que podamos permanecer mucho tiempo así, los estadounidenses no lo toleraran", declaró.

LOS CONSEJOS Como muestra de la creciente ira contra Rumsfeld y sus colaboradores que hierve en el Ejército, el mismo general culpó directamente al secretario de Defensa y al subsecretario, Paul Wolfowitz, de la penosa marcha de la posguerra.

"Rechazaron escuchar o seguir los consejos de los militares", criticó, y culpó a ambos políticos de no tener "una estrategia de salida de la guerra claramente definida cuando comenzó la invasión".

El aluvión de críticas ha forzado a los republicanos a cerrar filas en torno a Rumsfeld. El sábado, el vicepresidente del país, Richard Cheney, emitió una declaración pidiendo que "se deje en paz" al jefe del Pentágono.

El Pentágono trata de contener el impacto de las torturas con las investigaciones que está realizando y con el consejo de guerra a que someterá por ellas al policía militar Sivits, de 24 años. Al sargento lo juzgarán por maltrato a los detenidos, abandono del deber y negligencia en la protección de presos, según el general estadounidense Mark Kimmitt.

AVISO A LONDRES También contra las cuerdas por los casos de torturas de sus soldados, el Gobierno de Tony Blair tendrá que hacer frente hoy en la Cámara de Diputados a un nuevo escándalo. Amnistía Internacional aseguró que Londres conocía las denuncias de torturas en Irak y "la muerte de un preso iraquí a manos de las tropas británicas" desde mayo del año pasado. La noticia pone en el disparadero al ministro de Defensa, Geoff Hoon.