El presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo ucraniano, Víktor Yuschenko, alcanzaron ayer en Moscú un nuevo acuerdo sobre el gas para el 2008, cuando faltaban minutos para que el gigante ruso, Gazprom, redujera el suministro a Ucrania a causa de una deuda pendiente de unos 1.050 millones de euros. Para evitar una nueva crisis del gas, Putin puso condiciones y avisó a Europa de que su seguridad energética depende de las buenas relaciones entre estas dos antiguas repúblicas soviéticas.

Según Putin, para que las relaciones bilaterales sigan siendo buenas, Yuschenko debe congelar sus planes de entrar en la OTAN. El Kremlin advirtió de que Rusia redirigirá sus misiles hacia Ucrania si Kiev se une a la Alianza Atlántica.