La crisis económica y la reducción del déficit fueron el asunto omnipresente en el primer Consejo de Ministros celebrado ayer por la flamante coalición de Gobierno británica. La reunión, con 18 conservadores y 5 liberales en torno a la misma mesa, estuvo presidida por el primer ministro, David Cameron, y su viceprimer ministro, Nick Clegg. El jefe de los conservadores pidió al equipo que aproveche la oportunidad para tratar de paliar los enormes problemas a los que se enfrenta el país. La primera decisión del Gobierno fue bajarse el sueldo en un 5% y sus salarios han quedado congelados para toda la legislatura.

La medida, que entró en vigor con carácter inmediato, es un aviso a los británicos de que todos deberán hacer sacrificios. "Somos conscientes de que es una situación muy, muy grave. Lo bueno es que todos los miembros del Gobierno comprenden que van a tener que tomar decisiones difíciles", dijo tras la reunión Jeremy Hunt, el nuevo ministro tory de Cultura y Deportes.

Cameron prepara un "presupuesto de emergencia" para finales de junio. La revisión del gasto gubernamental estará lista para el otoño y el Ejecutivo ya ha comenzado a examinar la estructura y el tamaño de las Fuerzas Armadas. Todo ello deberá quedar reflejado en el discurso que pronunciará la reina el 25 de mayo.

PROBABLE SUBIDA DEL IVA Un importante grupo de economistas consultados ayer por la BBC consideran "inevitable" una subida del IVA, a la vista de la magnitud del problema presupuestario y el déficit público, que supera el 11% del producto interior bruto. El IVA actualmente está situado en el 17,5%, y puede alcanzar el 20% a finales del 2011. Los liberales, durante la campaña, habían denunciado esa posibilidad como "la bomba oculta" que preparaban los conservadores. Ahora tendrán que asumir el impopular incremento.

Después de celebrar el primer Consejo de Ministros, Cameron inició una gira por varios ministerios. En el departamento de Negocios, recordó a los funcionarios que tienen en sus manos "un trabajo enorme" para reactivar la economía y decirle al mundo que el Reino Unido "vuelve a estar abierto a los negocios". "Espero mucho de vosotros", declaró ante el personal reunido para la ocasión. Ante ellos, el jefe de los tories alabó al nuevo ministro del ramo, el liberal Vince Cable, al que jaleó como "una absoluta estrella".

AMBIENTE CORDIAL Por el momento el ambiente entre los antiguos rivales y ahora colegas es cordial y amistoso. En aras de la buena convivencia, el mensaje de Cameron y Clegg a sus ministros y diputados es el de mantener sus posibles diferencias fuera de la luz pública y tratar de evitar filtraciones sobre desacuerdos que puedan minar la coalición. Los dos líderes van a presidir un comité para examinar cualquier futura fricción.