No tiene los galones manchados por la última guerra del Líbano y es más moderado ideológicamente que su predecesor. El ministro de Defensa, Amir Peretz, ha elegido al general Gabi Ashkenazi para ocupar el puesto de jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, vacante desde la dimisión de Dan Halutz. Su nombramiento deberá ser ratificado por el gabinete de ministros en un máximo de dos semanas. Ashkenazi, de 52 años, se convertirá en el primer jefe castrense de Israel formado en la Infantería, un regimiento de menor prestigio que los paracaidistas o la fuerza aérea.

Desde que Ariel Sharon eligió a Halutz al frente del Ejército, Ashkenazi ha sido director general de Defensa, un cargo civil que le ha permitido salvar su reputación de la quema libanesa. Por delante le espera una labor titánica. "Recuperar la confianza de los oficiales, mejorar el descuidado entrenamiento de los soldados, renovar el armamento y lograr el aumento del presupuesto militar, en continuo recorte desde hace años", según el experto en temas castrenses, Eitan Gilboa.

Su perfil político es más cercano al laborismo que a la derecha del Likud.