Los 10 nuevos países recientemente incorporados a la Unión Europea (UE) encaran sus primeras elecciones a la Eurocámara sin entusiasmo. Los intentos de movilizar a un electorado más pendiente de las disputas nacionales que de su representación en Europa han caído en saco roto y se espera que la participación sea muy baja: apenas el 38% de media. El euroescepticismo, sazonado en ocasiones con dosis de nacionalismo y populismo, ha recalado entre los nuevos socios.

De entre los recién llegados, es Polonia el nuevo Estado de la UE que tendrá más peso en el Parlamento Europeo: 54 diputados, exactamente el mismo número que España, y se espera un participación de entre el 20% y el 30%, una de las más bajas entre los 25 miembros. Hungría, que elige 24 diputados, y Eslovenia, que escoge 7, son los países del antiguo bloque del Este donde se espera una mayor participación.