El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, dijo ayer tener "dudas" sobre la legitimidad de los resultados de las elecciones presidenciales celebradas el viernes en Irán, en las que fue reelegido por amplia mayoría el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad. "Tengo dudas, pero vamos a reservarnos los comentarios hasta que no dispongamos de una amplia revisión de todo el proceso", aseguró.

El número dos de Obama explicó que la supresión de la libertad de expresión, la represión de las protestas de los partidarios del candidato reformista Mirhusein Musavi y el trato a los manifestantes generan verdaderas dudas sobre los resultados.

Biden afirmó que EEUU "tiene que aceptar" que Ahmadineyad es el presidente de Irán. "Pero hay muchas preguntas sobre la forma en la que se llevaron a cabo estas elecciones", indicó. Biden calificó de "sorprendente" que Ahmadineyad ganase por más del 60% de los votos y destacó que, a simple vista, las cosas no parecen tan claras como las quiere presentar el Gobierno iraní. Y cuestionó que Ahmadineyad haya logrado cerca del 70 % de votos en centros urbanos que, según recordó, no son su feudo.

Pese a las reticencias, Biden adelantó que los resultados no afectarán a la política de EEUU hacia Irán e insistió en que la Casa Blanca intentará dialogar con Teherán.