Barack Obama lo dijo sin ambigüedades: "El 31 de agosto del 2010, nuestra misión de combate en Irak acabará". En un discurso en una base de los marines en Carolina del Norte, el presidente explicó la "nueva estrategia" por la que Washington dará por acabada la guerra de Irak en 18 meses para centrarse en Afganistán y aliviar la presión económica y militar que supone. La primera fase será retirar las tropas de combate y dejar una "fuerza residual" de entre 35.000 y 50.000 soldados hasta finales del 2011. La segunda fase es apoyo político al Gobierno iraquí, y la tercera incluir a Irak en una estrategia diplomática regional. "EEUU no tiene reivindicaciones sobre vuestro territorio o vuestros recursos", dijo Obama.

Fue el de Obama un discurso complejo que empezó por reconocer que la situación en Irak ha mejorado desde que George Bush ordenó un aumento de tropas en el país árabe criticado en su momento por el ahora presidente. Obama se felicitó por el descenso de la violencia sectaria y el debilitamiento de Al Qaeda, pero admitió que Irak no es un país seguro.

SOLUCION POLITICA Pero aun así, el presidente dijo que ha llegado el momento para los iraquís de tomar las riendas de su país con el convencimiento de que la solución para el país árabe "es política y no militar". Y es que, según Obama, EEUU no puede quedarse hasta que los iraquís hayan solucionado sus problemas políticos. Y no puede hacerlo porque las prioridades estadounidenses ahora pasan por Afganistán, y porque en este tiempo de crisis económica la carga que supone permanecer en el país árabe es muy pesada.

EEUU, pues, se va de Irak y para ello se impone un objetivo político, y no militar, que Obama considera al alcance: "Un Irak soberano, estable y autosuficiente. Para ello, trabajaremos para promover un Gobierno iraquí que sea justo, representativo ... y que no proporcione apoyo ni santuario a los terroristas". El primer paso será la retirada de las tropas de combate. Los militares que se queden entrenarán y asesorarán al Ejército iraquí siempre y cuando, advirtió Obama, "no sea sectario". Las otras funciones de estas tropas (cuyo número exacto está por decidir) será efectuar operaciones contraterroristas y proteger la presencia estadounidense. Cumpliendo el pacto entre Washington y Bagdad, "la intención" es que el 31 de diciembre del 2011 ya no habrá tropas de EEUU en el país.

APOYO DIPLOMATICO El segundo paso será el apoyo diplomático y logístico a Irak, desde trabajar con la ONU para organizar elecciones hasta mediar en negociaciones chiís, sunís y kurdas, y ayudar a las fuerzas de seguridad. El presidente añadió que EEUU tiene "el interés estratégico y la responsabilidad moral" de trabajar para solucionar el problema de los desplazados.

La tercera pata del nuevo taburete iraquí será incluirlo en "una estrategia global" de EEUU en Oriente Próximo, que incluye el rediseño de la misión en Afganistán, contar con estados hasta ahora parias como Siria e Irán, y un acuerdo entre Israel y sus vecinos árabes. "No podemos tratar los desafíos regionales aislados", dijo Obama en un claro desmarque de la política de su antecesor. "Toda nación y grupo, le desee bien o mal a EEUU, debe saber que el fin de la guerra de Irak permitirá una nueva era de liderazgo americano y compromiso en Oriente Próximo. Esa era ya ha empezado", anunció.

Consciente de tener auditorio con centenares de marines, Obama acabó su discurso con calurosas palabras para el esfuerzo de los militares en las dos guerras en las que se ha metido EEUU desde el 11-S. Y prometió expandir el sistema de sanidad para veteranos y aumentar la paga de los soldados. Y es que Obama admitió que Irak le ha enseñado muchas lecciones a EEUU.