"La relación entre EEUU y Reino Unido es fuerte, porque interesa a ambos. No se sostiene por lazos históricos o una lealtad ciega. Es una asociación elegida por ambos que beneficia a nuestros intereses nacionales". Bajo esta premisa lanzada por el primer ministro británico, David Cameron, en The Wall Street Journal , se celebró ayer su primera reunión con el presidente de EEUU, Barack Obama, en la Casa Blanca desde que llegó a Downing Street.

Tras una hora reunidos en el Despacho Oval y un posterior almuerzo de trabajo, Obama defendió ante los periodistas la relación entre Londres y Washington, y dijo que avanza porque ambos hablan un "lenguaje común" en la mayoría de asuntos, a lo que Cameron respondió asegurando que esos lazos son "esenciales" para la seguridad y prosperidad de ambos pueblos.

ASUNTO ESPINOSO Oficialmente, sobre la mesa estaban temas como Afganistán, Oriente Próximo y la necesidad de que israelís y palestinos retomen las conversaciones, las sanciones a Irán o los pasos ante la crisis, pero ayer el grueso de las conversaciones giraron en torno al desastre ecológico del golfo de México, tema espinoso que abordaron en su primer encuentro en Toronto.

Cameron precisó ayer junto a Obama que comprende el "malestar" en EEUU por los efectos del vertido y reiteró que es obligación de British Petroleum (BP) "frenar el vertido, limpiar la marea negra y compensar a los afectados", tras lo cual recordó que es una empresa "importante para ambos países" que crea miles de puestos de trabajo a ambos lados del Atlántico y que debe permanecer "fuerte y estable".

No es la única arista en las relaciones bilaterales. La liberación del terrorista libio Abdelbaset al Megrahi, condenado por el atentado contra el avión de la Pan Am en Lockerbie (Escocia) en 1988, y el papel de la petrolera en esa decisión se discutió ayer en el Despacho Oval. La prensa británica asegura que BP presionó para negociar con el régimen del líder libio, Moamar Gadafi, el traslado a Trípoli de Al Megrahi para no perjudicar sus negocios en el país africano.

Ambos reiteraron ayer que su liberación fue "errónea y equivocada". Obama dijo que dará la bienvenida a cualquier información que ayude a "entender mejor" por qué se tomó una decisión tan "dolorosa", y Cameron, que no apoya una investigación, y recordó que siendo líder de la oposición ya lo condenó, reveló que dio instrucciones a su Gabinete para revisar la documentación y publicar la que haga falta.

CASOS DIFERENTES El primer ministro, que pidió no confundir el vertido con el caso del terrorista, dijo que no cree que haya algo "misterioso" detrás de la decisión adoptada por el Gobierno escocés. Cuando le preguntaron qué hizo la petrolera, dijo que es algo que BP debe explicar, pero añadió que nada sugiere que la petrolera persuadiera a las autoridades escocesas.