Africa resucita y deja de ser la gran olvidada. Es lo que se desprende del discurso que pronunció ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en Ghana, primer país africano que visita como inquilino de la Casa Blanca. Ante el Parlamento del país, Obama vaticinó que los países emergentes o en vías de desarrollo serán protagonistas durante el siglo XXI, pero advirtió de que eso solo será posible si se pone "fin a las prácticas antidemocráticas y brutales y a la corrupción en Africa".

En Accra, la capital del país, ante los políticos allí reunidos, el presidente estadounidense hizo realidad el refrán de que lo cortés no quita lo valiente. Fue amable pero duro y muy claro. "El desarrollo depende del buen gobierno, un ingrediente que ha faltado durante mucho tiempo en muchos lugares", señaló Obama. No solo "tiene relevancia lo que sucede en Roma, Moscú o Washington, sino también lo que acontece en Accra", añadió. Y para redondear esa parte del mensaje, afirmó con rotundidad: "El futuro de Africa depende de los africanos".

DROGAS Y SOBORNOS Esta declaración, acogida por los oyentes como "el triunfo de los negros", coloca a Obama como un "héroe" por poner los ojos en un continente abandonado históricamente, expoliado y explotado por las potencias mundiales durante siglos. Y sin embargo, fue en este punto cuando Obama habló con mayor claridad: "Es fácil señalar con el dedo y culpar de estos problemas a otros. Pero Occidente no es responsable de la destrucción de la economía de Zimbabue en la última década, ni de las guerras en las que se han utilizado niños como combatientes".

"Ningún país va a crear riqueza si los líderes explotan la economía para enriquecerse ellos mismos, o si la policía puede ser sobornada por traficantes de drogas", proclamó el presidente. "El futuro de Africa depende del esfuerzo de los dirigentes políticos y de los ciudadanos por crear las bases de paz, estabilidad y desarrollo" que hasta ahora solo ha logrado con éxito algún que otro país, como Ghana, con una historia ejemplar en términos de democracia y prosperidad.

Por eso, el mandatario estadounidense eligió ese país como punto de partida para interconectar Africa con el resto del mundo. El discurso estaba previsto al aire libre, como sucedió con las visitas de los presidentes Bill Clinton y George Bush, pero las fuertes lluvias obligaron a que se realizara dentro del Parlamento. Obama elogió los importantes avances de Ghana en la última década, pero sus logros han sido ignorados "por un mundo que solo ve las tragedias o la necesidad de caridad".

Los ghaneses, en los últimos años y con la ayuda de los misioneros, han levantando escuelas, ambulatorios y hospitales; han construido carreteras y han trabajado por el equilibrio político y la transparencia electoral. Prueba de ello fueron las últimas elecciones presidenciales, en las que ganó John Atta Mills, que se desarrollaron en un clima de absoluta claridad, sin violencia y sin ninguna sospecha de corrupción o soborno.

Ghana, además, es el vivo ejemplo de convivencia y tolerancia frente a sus vecinos africanos, donde el culto y la convicción religiosa siguen provocando guerras y grandes sufrimientos. Los cristianos entran en la mezquita y los musulmanes en la iglesia con libertad de credo. Hay 2.000 confesiones religiosas. Es un derecho constitucional.

EJEMPLO DE VIDA DIGNA "El pueblo de Ghana ha trabajado muy duro para estabilizar la democracia en transiciones pacíficas de un gobierno a otro", subrayó, poniendo al país subsahariano como un ejemplo de democracia asentada y del empeño por no caer en la laxitud y luchar por una vida digna.

Buena parte de la población ghanesa, cuya tasa de crecimiento anual es del 2,6 %, se concentra en las zonas del centro y el sur del país, y se dedica principalmente al comercio y a la agricultura. Hay quien se defiende llevando adelante pequeñas tiendas de ámbito familiar donde venden productos básicos de toda índole. Lo poco que ganan les da para comer y raras veces para comprar los medicamentos que necesitan para combatir el sida, la malaria o la tuberculosis, los males endémicos.

Ante los parlamentarios ghaneses, recordó la historia de su familia que "refleja las tragedias y los triunfos del pasado de Africa", afirmó el dirigente norteamericano quien reprochó a los colonos que tras la independencia no cumplieron ninguna de las promesas.

Tras la histórica visita de menos de 24 horas, los Obama partieron hacia Washington.