No hubo alfombra roja el jueves en el Teatro Kodak de Los Angeles, aunque sí muchas estrellas (Steven Spielberg, Leonardo DiCaprio, Pierce Brosnan, Diane Keaton...), y no se pudieron pronunciar las frases "y el ganador es..." o "la candidatura es para..." porque Barack Obama y Hillary Clinton, en su primer cara a cara, acabaron en empate. En el escenario donde se entregan los Oscar, los dos candidatos supervivientes en la carrera demócrata hacia la Casa Blanca pactaron una tregua, se olvidaron de ataques personales y se dedicaron a criticar a los republicanos y a diferenciarse entre sí.

Ellos eran las estrellas, agasajadas por Hollywood en una demostración de hasta qué punto las luminarias cinematográficas simpatizan con los demócratas. Obama y Clinton se lanzaron flores y destacaron el hecho de que, ocurra lo que ocurra, que los demócratas elijan a un candidato negro o una candidata ya supone un cambio y un hecho histórico. "Nadie puede decir que somos más de lo mismo. Nosotros cambiaremos el país", dijo Clinton. "Tenemos la oportunidad de hacer la historia porque creo que uno de nosotros dos acabará siendo el próximo presidente", afirmó Obama.

Los malos de la película fueron George Bush y el favorito entre los republicanos, John McCain. A sus políticas y sus propuestas les imputaron los problemas del país: la guerra de Irak, la crisis económica, la dependencia energética del petróleo, la mala reputación de EEUU en el mundo y la inactividad ante el cambio climático.

"Hizo falta un Clinton para hacer limpieza tras el primer Bush y creo que puede hacer falta otra para hacer lo mismo tras el segundo Bush", sentenció la senadora, en respuesta a una pregunta sobre el hecho de que los Bush y los Clinton se hayan repartido las últimas elecciones. Cara a cara, ambos se enzarzaron en un debate sobre las diferencias entre sus candidaturas, no solo de programa, sino también de estilo de liderazgo; la experiencia de Clinton frente al liderazgo de Obama.

EXPERIENCIA "Es imperativo que tengamos un presidente que desde el primer día empiece a solucionar nuestros problemas, aborde los desafíos y aproveche las oportunidades", dijo Clinton, poniendo énfasis en su experiencia. "La senadora reivindica que tiene la experiencia para empezar a trabajar el primer día. Una parte de mi argumento es que es importante tener razón el primer día", repuso Obama.

¿Y en qué no tiene razón Clinton, según Obama? En la guerra de Irak, por ejemplo, a favor de la cual la senadora votó, una decisión que se ha resistido a calificar de error. Para Obama, que se opuso a la guerra, ese voto prueba una falta de conocimiento de cómo funciona el mundo y un error de juicio inadmisibles en un presidente.