Estupidez y policía no son dos palabras que suelan combinarse en el discurso de un político, mucho menos en el de un presidente de EEUU. Pero fue la combinación que empleó Barack Obama el miércoles al hablar de un caso que empezó el lunes con la detención de un catedrático negro de Harvard en su casa y lleva toda la semana generando debate. La discusión de ese arresto llevó al presidente a señalar que la policía de Massachusetts actuó "de forma estúpida", yendo más allá de su habitualmente moderado discurso sobre la persistencia de la discriminación racial en EEUU.

"Creo que sabemos que hay una larga historia en este país de negros y latinos a los que la policía para desproporcionadamente, eso es un hecho", dijo Obama, que, cuando era senador en Illinois, promovió una propuesta que acabó convertida en ley por la que los agentes recogen datos de raza, edad y género de las personas a las que paran por infracciones de tráfico para que se analicen en busca de racial profiling (sospechas motivadas por el perfil racial).

SOSPECHAS "El hecho es que este asunto aún nos persigue --prosiguió Obama-- y aun cuando hay malentendidos honestos, el hecho de que negros e hispanos son señalados más a menudo, y muchas veces sin ningún motivo, crea sospechas".

El presidente estadounidense se reconoció amigo personal de Henry Louis Gates, Skip, el director del más importante instituto de estudios afroamericanos del mundo académico de EEUU, protagonista del caso.

Gates llegó a su casa el lunes tras un viaje a China, donde había ofrecido una conferencia. La puerta delantera estaba atascada, por lo que entró por la trasera para luego regresar al frente e intentar desatascar la puerta con ayuda de un chófer. Algún vecino vio a los dos hombres negros y pensó que era un robo.

El sargento James Crowley, blanco, respondió a la llamada. Pidió primero a Gates que saliera de su domicilio, a lo que el catedrático se negó, explicando que esa era su casa. Cuando el profesor fue a otro cuarto para buscar un carnet que le identificara el policía entró tras él. Según el agente, Gates subió el tono de voz y las protestas, por lo que fue arrestado por alborotamiento. El académico insiste en que el policía no le leyó sus derechos y alteró lo sucedido en su informe. Gates fue fichado y fotografiado, pero en cuanto su caso salió a la luz el martes las autoridades retiraron los cargos en su contra.

El debate se ha transformado en un estudio sobre el abuso de autoridad y el racismo, especialmente en un país donde se ha hablado mucho de una supuesta era de "posracismo" tras la elección de un presidente negro. Crowley se niega a pedir perdón, ha logrado el respaldo del sindicato de policía en el caso y ayer mismo criticó al presidente Barack Obama por opinar.