El momento fue breve pero intenso. Los candidatos a la Casa Blanca, Barack Obama y John McCain, hicieron un alto en la campaña para abrazarse y sonreír en una megaiglesia californiana. El sábado, ambos compartieron solo 36 segundos en el escenario de Saddleback Church, en la ciudad californiana de Lake Forest. Treinta y seis segundos precedidos de dos entrevistas por separado en las que Obama, el aspirante demócrata, y McCain, su rival republicano, hablaron una hora sobre temas morales, sociales y personales, los más importantes para muchos votantes.

Obama y McCain respondieron a las preguntas del popular pastor evangélico Rick Warren, autor de superventas como The Purpose Driven Life (Los propósitos que dirigen la vida ). Los candidatos se encontraron frente a una entusiasta audiencia de 2.200 personas, dejando de lado --al menos durante 36 segundos-- los ataques de las últimas semanas. "Mi mayor fracaso moral fue durante mi difícil juventud", reconoció Obama en referencia a su experimentación con las drogas y el alcohol. "Lo relaciono con cierto egoísmo, porque en aquella época no era capaz de centrarme en otra gente", dijo.

McCain, por su parte, rompió una regla casi sagrada: no tocar a su familia. "Mi gran fracaso moral, y he sido alguien con muchas imperfecciones, fue mi primer matrimonio", afirmó.

Convencidos de la importancia de la religión en la sociedad y la política estadounidense, Obama y McCain acudieron a la llamada de este líder espiritual de un grupo más diverso que la derecha cristiana. Warren es amigo de ambos candidatos.