El presidente de EEUU, Barack Obama, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se reúnen mañana, lunes, en la Casa Blanca en su primer encuentro como mandatarios, al que llegan con importantes diferencias sobre Irán y los palestinos.

Ambos líderes tienen previsto mantener un almuerzo de trabajo en la Casa Blanca, durante el cual el presidente estadounidense presionará a Netanyahu para que acepte la creación de un Estado palestino como parte de una solución al conflicto en Oriente Medio.

El primer ministro israelí, que llegó al poder tras las elecciones del pasado 10 de febrero, en las que las fuerzas de derecha y nacionalistas sumaron más diputados que el bloque de centro, izquierda y pacifista, ha rechazado hasta ahora aceptar un Estado palestino.

Pero Obama, que ya en su primer día de trabajo en la Casa Blanca habló con los líderes de la región, ha indicado que la paz en Oriente Medio, que incluya un Estado para los palestinos, es una cuestión de "seguridad nacional" para EEUU y será una de sus prioridades como presidente.

El rey Abdalá II de Jordania, que se reunió con Obama a finales de abril en Washington, asegura que el presidente norteamericano prepara su propio ambicioso plan de paz, que podría presentar en el discurso que tiene previsto en El Cairo el próximo 4 de junio y que, al parecer, buscaría no sólo la paz entre Israel y los palestinos, sino también entre Israel y el resto de los países árabes, incluido Siria.

Lejos del apoyo incondicional a Israel que ofreció su predecesor, George W. Bush, el mandatario actual está dispuesto a presionar al Estado judío.

"Dos Estados que convivan el uno junto al otro, en paz y seguridad. Creo que tratarán de eso y es una cuestión en la que seguirán trabajando" Obama y Netanyahu, declaró este fin de semana un funcionario del Gobierno de EEUU que pidió el anonimato.

En un indicio del cambio de actitud de EEUU, el vicepresidente del país, Joe Biden, indicó en la reunión anual de AIPAC, el principal grupo de presión pro israelí en Washington, que "Israel debe trabajar en favor de una solución de dos Estados" y dejar de construir asentamientos en territorio palestino.

Aunque existen diferencias en sus posiciones, hay indicios de que Netanhayu podría hacer concesiones al presidente estadounidense. Su ministro de Defensa, Ehud Barak, indicó este fin de semana que el primer ministro podría aceptar un Estado palestino.

"Creo que Netanyahu le dirá a Obama que este Gobierno está dispuesto a entrar en un proceso político que resulte en dos pueblos que convivan en paz y respeto mutuo", dijo Barak, quien evitó no obstante mencionar directamente la palabra "Estado".

Pero si la cuestión palestina será uno de los protagonistas de la reunión en la Casa Blanca, el otro lo será Irán. El primer ministro israelí considera que Irán es una "amenaza existencial" para su país y defiende la necesidad de imponer más sanciones contra el programa nuclear de Teherán, algo para lo que busca el apoyo de Washington. Y las Fuerzas Armadas israelíes consideran opciones para bombardear de modo preventivo las instalaciones nucleares iraníes.

Obama desarrolla, por el contrario, un intento de acercamiento a Teherán que ha incluido un mensaje directo a las autoridades y el pueblo iraní en el que ofrece "un nuevo comienzo" en la relación si la República Islámica opta por cumplir sus compromisos internacionales.

No obstante, el presidente estadounidense ha indicado que no busca "hablar por hablar" con el Gobierno iraní y podría cambiar de actitud si su oferta no da resultados. Al parecer, Washington se ha fijado hasta el otoño boreal para decidir si se producen progresos.

La reunión entre Obama y Netanyahu forma parte de una serie que el presidente estadounidense tiene previsto con líderes de Oriente Medio.

La semana próxima, Obama recibirá en la Casa Blanca al presidente egipcio, Hosni Mubarak, y al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás.

Esta ronda de contactos culminará el 4 de junio cuando el presidente estadounidense pronuncie su discurso al mundo musulmán desde un lugar aún por decidir en El Cairo.

Obama, que pasó parte de su infancia en Indonesia, el país musulmán más poblado de la Tierra, prometió durante su campaña pronunciar un discurso desde una capital islámica para tender puentes hacia los creyentes en Alá.