La brisa agitaba las pequeñas banderas norteamericana y francesa depositadas al pie de cada una de las tumbas para conmemorar el 65º aniversario del desembarco de Normandía. Los líderes de EEUU, Barack Obama, Francia, Nicolas Sarkozy, Gran Bretaña, el príncipe Carlos y el primer ministro Gordon Brown, y Canadá, Stefen Harper, recordaron ayer la fecha en el cementerio norteamericano de Colleville-sur-mer con un mensaje: "No olvidar jamás" a los que lucharon contra "el mal" y dieron su vida "por la libertad de Europa".

El 6 de junio de 1944, los aliados habrían deseado una meteorología tan clemente para evitar que parte de sus efectivos sucumbiera antes de tomar tierra. Las nubes respetaron esta vez a los 200 veteranos del desembarco que acudieron a la cita. Was- hington, organizador del acto puesto que el cementerio es una concesión de Francia a EEUU, los trató con esmero. Las primeras damas llegaron del brazo de uno de ellos. Obama les rindió homenaje y recordó a su abuelo materno, Stanley Dunham, que desembarcó unos días más tarde del fatídico Día D.

ACTOR INVITADO Entre los huéspedes del presidente estadounidense estaba el actor Tom Hanks, que protagonizó la epopeya de un soldado de EEUU en la carnicería de Omaha Beach en la película Salvar al soldado Ryan .

Los cerca de 9.000 invitados a la ceremonia fueron trasladados por la organización. Hasta la playa estaba tomada por el Ejército, que patrullaba a caballo, mientras los dirigentes pronunciaban unos discursos que hablaban de memoria histórica y de paz.

Cuando Sarkozy propuso a Obama que visitara Francia con motivo del aniversario, la idea inicial del presidente francés fue celebrar una conmemoración franco-americana: él y Obama. En vísperas de las elecciones europeas, el líder de la República quería explotar al máximo la imagen del estadounidense.

Sus planes toparon pronto con el primer obstáculo: Brown había decidido rendir homenaje a los soldados ingleses en el vecino cementerio británico, así que no se le podía excluir de la conmemoración. La corona británica, invitada a anteriores aniversarios, se sintió menospreciada, y los canadienses reivindicaron también el reconocimiento de su aportación al desembarco.

Ante la evidencia de que su papel quedaría diluido, Sarkozy se empleó a fondo para montar un cara a cara que le permitiera exhibirse con Obama. Pero el presidente estadounidense se mostró esquivo. Al final, aceptó una entrevista y rueda de prensa en Caen, la capital normanda, antes de ir al cementerio.

DIFERENCIAS Tras el encuentro de trabajo, el presidente estadounidense precisó que consideraba a Sarkozy como un "amigo", pero subrayó que no hace falta protocolo y mucho tiempo juntos para reafirmar lazos. "¿Creen ustedes que no tenemos otra cosa que hacer que hacernos fotos juntos para salir en el papel cuché?", terció el jefe de Estado francés. La reunión evidenció sus diferencias en dos cuestiones importantes: el velo islámico y la entrada de Turquía en la UE.

Durante su discurso en El Cairo al mundo musulmán, Obama pidió a Occidente que no se entrometa con la forma de vestir de las musulmanas. Ayer lo reiteró. Sarkozy puntualizó que el Estado laico no permite que ni en la Administración ni en la escuela se exhiba signo religioso alguno, y que Francia no impide a las mujeres taparse el pelo fuera de estos lugares, siempre que sea una elección y no una imposición.

Sobre la entrada de Turquía en la UE, defendida por Obama, Sarkozy admitió que están de acuerdo en el papel de puente que debe ejercer este país entre Oriente y Occidente, pero no en la forma de hacerlo.