De forma oficial, Barack Obama dio ayer por iniciada una de las reformas más ambiciosas de su mandato: la del sistema sanitario, que quiere que sea aprobada "a finales de este año", según dijo. Para ello, convocó en la Casa Blanca lo que bautizó como un Foro de la Reforma Sanitaria, en el que participaron 120 personas representativas del sector ante quienes reiteró su mensaje: precisamente porque el país está en crisis es el momento de cambiar un sistema que no solo deja fuera a millones de estadounidenses sino que es caro e ineficaz.

El gasto en sanidad este año ascenderá a los 2,5 billones de dólares (casi 2 billones de euros). Esto significa que los estadounidenses gastan per cápita en sanidad 7.421 dólares (casi 6.000 euros), la cifra más alta del mundo. A pesar de ello, 46 millones de personas (el 15% de la población) no tienen cobertura.