El presidente estadounidense, Barack Obama, fue recibido hoy en audiencia en el Vaticano por el Papa Benedicto XVI, en el que es el primer encuentro entre ambos desde que el primero llegara al poder en la Casa Blanca el pasado enero.

El encuentro, según los medios italianos, duró 40 minutos y permitió al Pontífice conocer de primera mano los asuntos tratados y los acuerdos alcanzados durante la cumbre del G-8 que se ha celebrado hasta hoy en la ciudad italiana de L'Aquila.

A su llegada al Vaticano, Obama expresó su agradecimiento al Papa por la audiencia y aseguró que era "un honor" poder reunirse con él. Asimismo, ante las numerosas cámaras reunidas para inmortalizar el momento, el presidente estadounidense bromeó diciendo que ambos están "acostumbrados" a los fotógrafos.

El encuentro propiamente dicho comenzó a las 16:25 en la biblioteca del Pontífice. Como es tradición ambos intercambiaron regalos, que en el caso de Benedicto XVI fue una copia firmada de su última encíclica en la que aborda la crisis económica y otros temas sociales.

Obama acogió este regalo con agradecimiento y comentó que así tendrá "algo que leer en el avión", según la prensa. Asimismo, el Papa regaló al presidente norteamericano un mosaico que representa la plaza de San Pedro y la Basílica del Vaticano. Por su parte, Obama le entregó la estola litúrgica que entre 1988 y 2007 estuvo colocada en el cuerpo de San Juan Nepomuceno Neumann, canonizado por el papa Pablo VI y cuyos restos se encuentra en el santuario de Filadelfia.

Al inicio del encuentro, Obama explicó a Benedicto XVI que "el G-8 ha sido muy productivo y se han aprobado 20.000 millones de dólares, lo que es algo concreto", mientras que al término del mismo, el Santo Padre le dijo: "rezo por usted y bendigo su trabajo". "Se lo agradezco mucho", respondió Obama, para a renglón seguido expresar su confianza en que pueda haber "relaciones fructíferas" entre Estados Unidos y el Vaticano.