El mundo de este aún incipiente siglo XXI es un mundo cambiado que obliga a rediseñar los enfoques de una potencia como Estados Unidos si quiere mantener el liderazgo. Con esa filosofía, la Administración de Barack Obama ha preparado su primera Estrategia de Seguridad Nacional, un documento hecho público hoy donde se delinean sus prioridades para comunicarlas al Gobierno federal, al Congreso y el pueblo estadounidense y al resto del mundo.

El documento, de 52 páginas y redactado por Ben Rhodes, uno de los asesores de seguridad nacional, establece una clara ruptura con el enfoque unilateral militar que dominó en la anterior Administración de George Bush, renueva la apuesta de Obama por la diplomacia y el multilateralismo y abandona el énfasis que su predecesor puso en las acciones militares preventivas.

ADIÓS A LA DOCTRINA DE BUSH

No hay ya referencias a la que Bush bautizó como "guerra contra el terror" y tampoco se habla del terrorismo islámico, sino de "extremismo violento", afirmando también que los esfuerzos para contrarrestarlo "son solo una parte de la estrategia que no puede definir la relación de EEUU con el mundo".

Obama defiende la idea de mantener el liderazgo mundial, pero amplía el abanico de los campos donde EEUU necesita revitalizarse para hacerlo, y al hablar de seguridad nacional construye un puzle donde a la pieza militar suma otras como la economía, la defensa contra el terrorismo interno o la dependencia del petróleo.

DERECHO A ATACAR

El documento promete reabrir el debate tanto entre progresistas como entre conservadores. Los primeros pueden encontrar aún, pese a algunos puntos claros de ruptura, otros de continuismo con la anterior Administración, y la nueva estrategia no descarta explicitamente, por ejemplo, la posibilidad de atacar en primer lugar a un país o actor que Washington considere que representa una amenaza.

Mientras, los republicanos buscarán nuevos argumentos para criticar a Obama por lo que consideran un debilitamiento de la influencia de Washington en el mundo por su filosofía de diálogo y cooperación.

Cabe esperar que presten especial atención, por ejemplo, a la parte del documento donde la breve mención a Israel y a la importancia de mantener una "fuerte alianza" va seguida de un párrafo donde EEUU se compromete a "seguir desarrollando las relaciones clave de seguridad en la región" con países árabes.

APUESTA POR EUROPA

Lo que la Administración deja claro es que reconoce la creciente influencia política y económica de naciones como China, India o Brasil. También sigue apostando por la colaboración con Europa, asegurando que su "relación con los aliados europeos sigue siendo la piedra angular para la relación de EEUU con el mundo".

Y, aunque la estrategia reconoce que "el uso de fuerza es a veces necesario", también mantiene la apuesta por "agotar otras opciones siempre que sea posible antes de una guerra". Cuando sea necesario, añade, "buscaremos el apoyo internacional, trabajando con instituciones como la OTAN y el Consejo de Seguridad de la ONU".