El presidente de EEUU, Barack Obama, ha lamentado hoy profundamente la pérdida de vidas humanas en el ataque israelí a la flotilla que llevaba ayuda humanitaria en Gaza y, en una conversación telefónica, ha instado al primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, a aclarar lo antes posible el incidente.

Netanyahu y Obama habían de reunirse mañana en Washington pero el ataque israelí a la flota de Gaza ha hecho que el primer ministro hebreo cancelara la reunión y regresara urgentemente a Tel-Aviv. Obama se ha mostrado comprensivo con la decisión de Netanyahu y le ha emplazado a verse más adelante.

Según la Casa Blanca, en la conversación telefónica que ambos han mantenido, el presidente estadounidense ha transmitido al dirigente hebreo "la importancia de conocer tan pronto como sea posible todos los hechos y circunstancias que rodean los trágicos acontecimientos de esta mañana".

SITUACIÓN DELICADA

El ataque deja al Gobierno del presidente Obama en una situación complicada, pues pone en peligro las negociaciones indirectas entre israelís y palestinos, que han comenzado hace poco, impulsadas por el propio Obama y bajo la mediación del enviado especial estadounidense, George Mitchell.

La prudencia de la Casa Blanca contrasta con la dureza de otros actores internacionales. Sin embargo, se explica porque, al margen de las presiones de la comunidad internacional para que condene el ataque de Israel, Obama debe ser cuidadoso con el hecho de que Israel, aliado tradicional de EEUU, cuenta con las simpatías de buena parte de los legisladores y de los votantes.