La rápida victoria militar en Irak que impulsó la popularidad del presidente de EEUU, George Bush, entre sus conciudadanos, ha empezado a enturbiarse con el continuo y sangriento acoso que sufren las fuerzas de ocupación estadounidenses y la perspectiva de que se empantanen en ese país durante largos años, como critica la oposición demócrata. "Todos saben que van a estar allí por lo menos de tres a cinco años", subrayó ayer el prestigioso senador Joseph Biden, que le exigió a Bush que explique la verdad a la nación.

"Es hora de que el presidente sea franco con los ciudadanos, pues no hay política exterior que pueda sostenerse sin el apoyo de unos estadounidenses informados", recalcó Biden, que podría figurar en la lista de los aspirantes a la candidatura demócrata a la Casa Blanca y que no fue el único en hurgar en la llaga abierta en que está convirtiéndose Irak para Bush. Los senadores republicanos Richard Lugar y Chuck Hagel también suscribieron el plazo de cinco años para la presencia de tropas de EEUU en Irak, algo que, reconoció Lugar, es "una frustración para nuestras tropas".

FRUSTRACION Y NERVIOSISMO

Esa frustración, sumada a un nerviosismo creciente alimentado por los continuos atentados contra las tropas estadounidenses en Irak, se hace cada día más palpable. Los soldados norteamericanos han pasado de la fase ofensiva de combates, oficialmente concluida el 1 de mayo, a unas labores de policía y mantenimiento de la paz que las convierten en blanco de los leales a Sadam.

"Hay saboteadores y otros que se dedican a atacar a los soldados estadounidenses, y los llevan a pensar que la guerra no ha terminado", explicó el senador Lugar tras visitar a las tropas en Bagdad, junto a Biden y Hagel. El domingo, otro soldado murió a causa de un ataque con granadas contra un convoy norteamericano, muy cerca de Bagdad, con lo que la cifra de fallecidos desde el fin de la guerra se eleva a 56.

Además, ayer tuvo lugar un nuevo ataque contra un oleoducto --en la ciudad de Hit cercana a la frontera con Siria--, que no causó víctimas pero "pareció ser obra de saboteadores", según la empresa propietaria.

Este acoso a los intereses de EEUU puede no sólo atar a Irak a los 150.000 soldados ahora en el país, sino que podría forzar a aumentar esa cifra a 200.000 si siguen multiplicándose los ataques, según advirtió el general Tommy Franks. Si a esto le sumamos larga permanencia de las tropas en Irak, sería muy impopular y daría una poderosa arma a la oposición demócrata para intentar descabalgar a Bush del sillón presidencial, ahora que el país entra en etapa preelectoral.