La Constitución europea ha desplazado cualquier otro debate político en Gran Bretaña. Con los sondeos en contra y los peores augurios para el referendo de ratificación de la Carta Magna, el primer ministro, Tony Blair, inició ayer una larga y dura batalla para vencer el euroescepticismo de los británicos.

Las dos últimas encuestas, publicadas ayer, confirman el rechazo de los electores hacia la Constitución europea. El premier laborista rechazó la propuesta de los conservadores de renegociar el acuerdo, fórmula que calificó como "la puerta que conduce a la puerta de salida", en referencia a una hipotético abandono de la UE por parte de Gran Bretaña. "Esta será una batalla política fascinante entre la realidad y el mito", dijo Blair en una entrevista a la BBC.

El Gobierno confía en poder desmontar lo que califica de "falsas ideas" sobre el pacto europeo y persuadir a los ciudadanos de los beneficios de votar en el referendo que el Reino Unido celebrará para ratificar la Constitución y para el que no hay fecha. Un estudio publicado ayer por The Sunday Times revela el grado de ignorancia de una parte de la ciudadanía sobre el documento. Muchos votantes están erróneamente convencidos de que un representante europeo reemplazará al embajador británico en el Consejo de Seguridad de la ONU. También creen que Londres deberá pedir la aprobación de la UE antes de entrar en guerra, que será Europa quien fije el nivel de impuestos, o que el pasaporte británico será sustituido por uno europeo.

MAYORIA PARA EL ´NO´ En el sondeo publicado por el mismo periódico, el 49% de los electores rechaza la Constitución europea y sólo el 28% se muestra favorable. En otro estudio similar, encargado a la firma IMC para un grupo denominado Campaña por el No, la oposición al tratado aumenta al 57%, mientras que los partidarios de la ratificación son un 28%.