El primer ministro israelí, Ehud Olmert, amenazó ayer con una respuesta militar "desproporcionada" a los recientes ataques con cohetes lanzados por los grupos palestinos desde la franja de Gaza. Ayer cayeron sobre territorio israelí cuatro cohetes Kasam y más de 10 proyectiles de mortero. El balance de las explosiones fue de tres soldados y un civil israelís heridos, el primero desde el alto el fuego del pasado 18 de enero.

"Desde el primer momento, la posición del Gabinete fue que si los residentes del sur de Israel son atacados, nuestra respuesta será naturalmente desproporcionada", dijo ayer Olmert al término de una reunión con su Gobierno. "He dado instrucciones al Ejército para que prepare una respuesta. No vamos a avisar a los terroristas de cómo, cuándo y dónde vamos a responder, pero responderemos", añadió el jefe del Ejecutivo hebreo en tono amenazante.

BRAZO ARMADO ISLAMISTA "Hamás ha recibido un golpe duro y si es necesario recibirá otros", añadió el ministro de Defensa, Ehud Barak. Al principio se informó de que las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa habían reivindicado los ataques, pero más tarde el grupo lo desmintió. Este movimiento está formado por milicianos de Al Fatá, la facción que lidera el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás. Los israelís señalaron como responsable de los últimos cohetes al brazo armado de Hamás, la Brigada de Ezedín Al Kasam. El portavoz del movimiento en Gaza, Taher al Nono, restó importancia a las amenazas de Olmert y dijo que hay que inscribirlas en la campaña electoral. Israel celebrará elecciones el 10 de febrero y de momento los sondeos dan ventaja a Binyamin Netanyahu, del Likud, frente a la ministra de Exteriores, Tzipi Livni.

Desde Teherán, el jefe en el exilio de Hamás, Jaled Mechal, dijo que "se opone a un cese el fuego permanente" porque "mientras dure la ocupación" la medida "carece de sentido".