La fijación de Ehud Olmert desde sus tiempos de alcalde de Jerusalén ha sido siempre la demografía. Ya entonces, el hoy primer ministro reconocía en privado la necesidad de deshacerse de algunos barrios árabes para mantener la mayoría judía en la Ciudad Santa, amenazada por el mayor crecimiento de la población árabe.

Una idea que ayer, por primera vez en mucho tiempo y a poco más de un mes de la cumbre árabe-israelí de Annapolis, volvió a reflotar. "¿Es necesario incluir también como parte de Jerusalén el campo de refugiados de Shuafat, Sawara y Walaye?", preguntó en el Parlamento. Parece que no. Hace unos días, su estratega, Haim Ramón, ya dijo que Israel debería ceder los pueblos árabes de la periferia para servir como sede de la capital palestina en Jerusalén.

Las declaraciones de Olmert coinciden con la visita a la región de la secretaria de Estado de EEUU, Condolezza Rice. Los palestinos exigen una declaración de principios que haga referencia a las fronteras y el estatuto de Jerusalén, y un calendario. Rice aseguró que el texto debe ser "serio, concreto, que sirva para avanzar hacia la creación de un Estado palestino".