"Desconfío de esos líderes con aire de héroe". Quien lo dice es Marco Enríquez-Ominami, nada menos que el hijo biológico de una de las leyendas negras de la dictadura de Augusto Pinochet. Su padre, el líder guerrillero Miguel Enríquez, murió en 1974, durante un enfrentamiento con los militares. Creció en París, con pasaporte francés. Regresó a Chile siendo adolescente. Ha triunfado en la televisión, reivindica a Emiliano Zapata y vive en el mismo barrio que los Pinochet. A los 36 años, se ha convertido en el héroe de las presidenciales chilenas de mañana.

El país lo conoce por sus iniciales, ME-O. Las encuestas dicen que el domingo recibirá casi el 18% de los votos, y que, en una segunda vuelta, superaría al oficialista Eduardo Frei, segundo en los sondeos, detrás de Sebastián Piñera, el abanderado de la alianza de derechas.