Al menos un millón de birmanos que han sufrido los efectos devastadores del ciclón Nargis han tenido acceso hasta ahora a la ayuda internacional. Los datos los facilitó ayer la portavoz de la oficina de coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Elisabeth Byrs. La portavoz lanzó un mensaje de optimismo al opinar que, pese a las dificultades, la situación empieza ya a ir "por buen camino".

No obstante, la mayoría de los afectados por el huracán, estimada en al menos 2,4 millones de personas, continúa estando privada de la ayuda más elemental, a pesar de que han transcurrido más de tres semanas desde la catástrofe.