La tensión va en aumento en Zimbabue a medida que se aproxima la fecha de segunda vuelta de las elecciones presidenciales, previstas para el 27 de junio. Naciones Unidas lanzó ayer la voz de alarma, después de que en la víspera, el régimen del presidente Robert Mugabe suspendiera las actividades de las oenegés internacionales, y advirtió de que la medida incrementaría el sufrimiento de los civiles. Además, la policía de Zimbabue llegó a arrestar a diplomáticos estadounidenses y británicos en las afueras de Harare el jueves e impidió ayer al líder opositor, Morgan Tsvangirai, participar en un acto electoral en Bulawayo, segunda ciudad del país.

La comisaria de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, calificó la decisión de "acto inconsciente", mientras que la Oficina de Coordinación de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA) adelantó que tendría "consecuencias dramáticas". "Si no están presentes las oenegés, no podremos llevar a cabo las operaciones humanitarias que son esenciales para un amplio sector de la población; serán los civiles quienes sufran", recordó Elizabeth Byrs, de la OCHA. El embajador estadounidense en Zimbabue, James McGee, acusó a Mugabe de transformar la ayuda en un arma electoral para obtener votos.

Como medida de presión adicional sobre la oposición, su líder, Morgan Tsvangirai, vio ayer cómo agentes le impedían llegar a una manifestación electoral de su partido, el Movimiento para el Cambio Democrático. Las autoridades han prohibido los actos de la oposición en Harare, aduciendo la imposibilidad de garantizar la seguridad de los dirigentes opositores.