La crisis humanitaria en el Yemen es "impactante" ha dicho el jefe de la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA) en Saná, la capital yemení, Mark Lowcock, durante su primera visita sobre el terreno tras asumir el cargo el pasado mes de septiembre.

"He venido al Yemen para conocer de primera mano el grado de deterioro de la crisis humanitaria en el país, y eso engloba la rápida evolución de la epidemia de cólera, la enorme escasez de alimentos y la oleada de desplazamiento de personas. Es tremendo constatar el impacto que sobre la población está teniendo una guerra engendrada por el hombre", ha reflexionado el funcionario de la ONU.

La guerra que asola este país empezó en el 2014 y enfrenta a las fuerzas que apoyan al presidente Abd Rabbo Mansur Hadi -aliado de Arabia Saudí- a los rebeldes hutis, de confesión chií, aliados de Irán, y que cierran fielas con las unidades militares fieles al expresidente Ali Abdelá Saleh. Es un conflicto regional que se enmarca en la lucha y pulso que mantiene en Oriente Próximo el monarquía absolutista saudí y el régimen iraní de los ayatolás y que afecta a otros países, como Irak o Siria.

Según la Organización Mundial de la Salud, el conflicto armado se ha cobrado más de 8,650 vidas, entre ellas las de muchos civiles. Más de 11 millones de niños yemenís necesitan ayuda humanitaria de manera urgente como consecuencia de las guerra, ha indicado la OCHA. Según la ONU, los civiles yemenís son las víctimas directas de la peor crisis alimentaria en el mundo, de una epidemia de cólera sin precedentes y de la falta de acceso a servicios médicos.

Envío de ayuda humanitaria

Lowcock ha aprovechado la visita al país para pedir a las dos partes enfrentdas en el conflicto que faciliten el envió de ayuda humanitaira a los civiles atrapados en la guerra. El alto funcionario del organismo internacional ha hecho un llamamiento para que se reabra el aeropuerto de Saná, que está bajo el control de los rebeldes hutis, a los aviones comerciales y humanitarios.

Arabia Saudí entró plenamente en la guerra del Yemen en el mes de marzo del 2015, liderando una fuerza internacional de paises sunís del Golfo Pérsico que desde entonces no ha dejado de bombardear posiciones de los rebeldes ocasionando numerosas bajas civiles. Todos los intentos por alcanzar un alto el fuego desde entonces no han dado resultado.