El Consejo de Seguridad de la ONU optó ayer por enterrar sus diferencias sobre Irak y, tras dos semanas de discusiones y 90 enmiendas en el texto, aprobó la resolución presentada por EEUU, Gran Bretaña y España, para levantar las sanciones impuestas al derrocado régimen de Sadam Husein hace 13 años. La resolución legitima también a EEUU y Gran Bretaña como potencias ocupantes, "hasta que se establezca un Gobierno representativo e internacionalmente reconocido" en Bagdad.

"La resolución que acabamos de adoptar no es perfecta, pero se han introducido cambios significativos en cada fase de la negociación", resaltó el embajador francés ante la ONU, Jean-Marc de la Sabli¨re, en el espíritu conciliador adoptado por su Gobierno, que lideró la oposición a la guerra contra Irak. En el mismo sentido se manifestó su colega ruso, Sergei Lavrov, quien, tras subrayar que la resolución 1483 ha sido fruto de "un compromiso" entre los miembros del Consejo, destacó que "crea una base legal internacional para los esfuerzos conjuntos que la comunidad mundial entera tendrá que hacer para lidiar con la crisis" de Irak.

LA EXCEPCION SIRIA

"Hemos dejado atrás las divisiones del pasado por el pueblo de Irak", explicó por su lado el embajador alemán, Gunter Pleuger, cuyo Gobierno también plantó cara a Washington oponiéndose a la guerra. El único miembro discordante en el Consejo fue Siria, país que ni siquiera compareció a la votación pues, como explicó un diplomático, era imposible para un Gobierno árabe aprobar la ocupación por potencias extranjeras de otro país árabe.

El documento, pues, se aprobó por 14 votos favorables, con lo que EEUU pudo apuntarse inmediatamente una sonora victoria diplomática en el mismo órgano de la ONU que se negó a respaldar su guerra contra Irak, hace poco más de dos meses.

La resolución confiere a EEUU y Gran Bretaña poderes extraordinarios para administrar el país y sus ricos recursos petroleros --los segundos del mundo--, hasta que haya un Gobierno iraquí. Sin embargo, como concesión a Francia y Rusia, prevé una revisión al cabo de 12 meses de cómo se están cumpliendo sus disposiciones. Todas las sanciones impuestas en 1990 contra Sadam Husein por invadir Kuwait quedan eliminadas, excepto la prohibición de vender armas a Irak.

PAPEL DE SEGUNDON

El documento eleva algo el papel de segundón adjudicado por Washington a la ONU, ya que la organización dispondrá de un representante especial para Irak, cuyo nombramiento por el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, se espera en los próximos días. Sin embargo, la organización perderá gradualmente en seis meses el control de las ventas del petróleo iraquí. Los beneficios de tales ventas se depositarán en el Fondo para el Desarrollo en el Banco Central Iraquí.