Representantes diplomáticos de los cinco países del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (EEUU, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) más Alemania estudiaron ayer en Londres nuevas medidas para obligar a Irán a cumplir con las demandas de la ONU y renunciar a sus ambiciones nucleares. Según un portavoz del Ministerio de Exteriores británico, los seis países trabajaban ayer en una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. "Hemos tenido una primera discusión productiva sobre las próximas etapas", señaló.

Una de las posibilidades barajadas es la imposición de restricciones comerciales como respuesta a la negativa a suspender el programa de enriquecimiento de uranio. Además, las seis potencias estudiaban vetar los viajes al extranjero de los responsables iranís, sobre todo los vinculados con el programa nuclear.

EEUU apuesta por sanciones "graduales" para "aumentar proporcionalmente la presión sobre Teherán", dijo ayer en Washington un portavoz del Departamento de Estado. Por su parte, el Gobierno británico aprovechó la reunión, de carácter "preliminar", para advertir a las autoridades iranís de que no pueden "ignorar continuamente" sus obligaciones internacionales. Mientras, en Irán, el presidente Mahmud Ahmadineyad fue duramente criticado ayer tanto por la prensa reformista como por la conservadora por decir que el programa nuclear iraní "es un tren que no se puede parar". Un lenguaje "innecesariamente ofensivo", según el diario conservador Resalat .