Los expertos de la ONU que tratan de buscar una salida al atolladero en que está sumida la transición en Irak se han puesto manos a la obra. La delegación, que llegó el sábado a Bagdad, mantuvo ayer una primera reunión con los miembros del Consejo de Gobierno interino iraquí. El portavoz de este organismo, Hamid al Kifai, declaró a este diario que el encuentro fue "constructivo".

La delegación de la ONU está formada por nueve miembros y encabezada por el argelino Lajdar Brahimi, que fue representante en Afganistán del secretario general de la ONU, Kofi Annan, y que ahora es su consejero especial para Irak.

La misión de este equipo de expertos es dilucidar la viabilidad de celebrar elecciones en Irak, tal como solicita la mayoría shií, antes del próximo 30 de junio, fecha prevista para el traspaso de poderes a un Gobierno provisional iraquí por parte de la administración de los países ocupantes que dirige el estadounidense Paul Bremer. La delegación de la ONU podría sugerir otras alternativas.

EEUU, que busca una salida airosa en Irak, parece ansioso por preservar el calendario y no retrasar la fecha del traspaso de poderes. Pero su plan, que prevé la formación de una asamblea transitoria no elegida directamente sino por designación de las distintas provincias, ha chocado con la oposición frontal del líder espiritual de los shiís, el gran ayatolá Alí al Sistani, figura muy influyente que ha demostrado ya su capacidad de movilización. Hace algunas semanas, cientos de miles de sus seguidores salieron a la calle para pedir las elecciones.

La discreción fue la nota dominante tras la reunión. Brahimi se limitó a expresar "el deseo de la ONU de hacer todo lo posible para ayudar al pueblo iraquí a dejar atrás su sufrimiento, restaurar su independencia y soberanía, y reconstruir el país".