La congelación de las pensiones contributivas prevista para el 2011 se está convirtiendo en un arma arrojadiza de la oposición, especialmente el PP, contra el Gobierno, que había tratado de alejar este asunto de los debates de la comisión del Pacto de Toledo. El miércoles, en la sesión de control del Congreso de los Diputados, Mariano Rajoy preguntará al presidente del Gobierno por las "razones por las que ha roto el Pacto de Toledo". Ese mismo día los portavoces de la comisión continuarán los trabajos sobre las recomendaciones que deben presentar al Gobierno.

El PP también aprovechará para cuestionar a José Luis Rodríguez Zapatero por la forma en que está afrontando la crisis económica y las poco optimistas previsiones del FMI.

El debate abierto sobre la reforma de las pensiones se va a desarrollar en paralelo al de los presupuestos generales del Estado, por lo que el tema de la congelación decretada por el Gobierno para el próximo año va a formar parte de los argumentos de la negociación parlamentaria.

El PP ha presentado desde mayo, cuando el Ejecutivo anunció la medida anticrisis, media docena de propuestas en el Congreso para dejar sin efecto la no subida. Ha salido victorioso en todas las votaciones porque ha contado con el apoyo del resto de grupos para superar en votos al PSOE. Ahora, amenaza con llevar el tema al Tribunal Constitucional ya que la Mesa del Congreso ha amparado el veto del Gobierno a debatir la renuncia a la no revalorización.

MONEDA DE CAMBIO Esta cuestión ya planeó en las dos primera sesiones del Pacto de Toledo la semana pasada y será moneda de cambio durante el debate de presupuestos en el que Zapatero tiene que hacer el difícil equilibrio de buscar apoyos en CiU y PNV sin renunciar a las medidas anticrisis, incluida esta que afecta a unos cinco millones de pensionistas, tan alabadas por los mercados financieros.

CiU y PP quieren que el documento final de recomendaciones repruebe la renuncia a la revalorización de las prestaciones. Pero el Ejecutivo asegura que se trata de una medida coyuntural que se recuperará en el 2012, año de elecciones generales.

En todo caso, la comisión del Pacto de Toledo tendrá que decidir en los próximos meses cuál será en el futuro el mecanismo para adecuar la pensiones a la subida de los precios. En el PSOE se busca alguna fórmula alternativa que sustituya a la revalorización automática que se vienen produciendo desde 1996.

La posible renuncia a la congelación le fue planteada ayer a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, pero evitó una respuesta directa. Se limitó a mostrarse confiada en que todos los grupos de la comisión logren un acuerdo ya que se trata de una "cuestión de Estado".

UNA REFORMA NECESARIA El mismo convencimiento expresó el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, de visita en Argentina. "Todos estamos convencidos de la necesidad de la reforma y por tanto vamos a hacer todos los esfuerzos", afirmó Granado.

El expresidente del Gobierno, Felipe González, salió en ayuda de Zapatero al respaldar la propuesta de que se amplíe la edad de jubilación hasta los 67 años. En el 2030, argumentó Gonzá- lez, habrá carencia de población activa por lo que la demografía obliga a tomar esta medida.

En Barcelona, durante un acto de presentación de sus propuestas sobre el futuro de Europa, el expresidente del Gobierno defendió la "libertad" de los ciudadanos para decidir cuándo quieren dejar de trabajar.

El vivir más y mejor es una "bendición" pero también es un "problema estructural" de la sociedad moderna, comentó González, porque se está invirtiendo la pirámide poblacional y en un par de décadas habrá menos jóvenes en edad de trabajar que mayores con derecho a recibir la prestación.