El Gobierno del canciller socialdemócrata alemán, Gerhard Schröder, consiguió ayer la aprobación de la oposición conservadora para sacar adelante un paquete de reformas que afecta a 49 leyes y cuyos puntos más polémicos son una reforma fiscal para rebajar impuestos y la flexibilización del mercado laboral, con el objetivo de recuperar la debilitada economía alemana.

El acuerdo se cerró en la madrugada de ayer, tras una maratoniana reunión de 10 horas en la que participaron los máximos dirigentes de los principales partidos políticos. El pacto puso fin a nueve meses de desencuentro.

El principal resultado del acuerdo es el adelanto en un año de la bajada de impuestos, que será menor de lo que había previsto inicialmente el Ejecutivo, del orden de los 15.600 millones de euros en el 2004 y de otros 7.800 adicionales en el 2005. Schröder subrayó que el adelanto de la reforma fiscal "es la señal que los habitantes de Alemania estaban esperando".

EN PUNTO MUERTO El canciller alemán consideró que a partir de ahora se puede relanzar la paralizada maquinaria económica alemana, que se encuentra en punto muerto por tercer año consecutivo, desde el 2003. "Alemania se mueve", subrayó Schröder, que ha sacado adelante su proyecto con no pocas concesiones a los partidos conservadores de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU). Las fuerzas de la derecha vincularon desde el primer momento la reforma fiscal a un mayor desmantelamiento del Estado de bienestar.

El líder de la CSU, el ministro presidente de Baviera, Edmund Stoiber, consideró que el mayor éxito de la oposición ha sido que la reforma fiscal se financie sólo en un 25% mediante créditos y no en un 80%, como tenía previsto el Gobierno. Para compensar esta diferencia, el Ejecutivo alemán se ha visto obligado a incrementar la cuota de privatizaciones y en el futuro se desprenderá de la participación del Estado en aeropuertos como los de Fráncfort, Múnich y Colonia-Bonn, al tiempo que sacará a la venta sus acciones en Deutsche Telekom y Deutsche Post.

DESPIDO LIBRE El Gobierno también cedió ante los partidos conservadores en el capítulo de la reforma laboral. Schröder ha acabado aceptando que las empresas de menos de 10 trabajadores puedan despedir libremente.

También se ha aceptado la propuesta de que los parados de larga duración tengan que aceptar cualquier tipo de empleo, incluso menos remunerados. No sin razón, la presidenta de la CDU, Angela Merkel, subrayó luego que el compromiso "lleva el sello de la oposición".