Los partidos políticos británicos se unieron ayer para condenar el terrorismo. La declaración de repulsa de Tony Blair en la Cámara de los Comunes por los atentados del jueves fue suscrita sin vacilación por los dos principales partidos de la oposición. Con los equipos de rescate bajo los túneles del metro y la policía inmersa en la mayor investigación criminal en la historia del país, las críticas deberán esperar.

En un ambiente serio y de pactado consenso, Blair responsabilizó de los atentados a "terroristas extremistas islamistas", grupos similares a los que han actuaron en Madrid, en Nueva York y en otras muchas partes del mundo. El primer ministro repitió que "ningún servicio de espionaje hubiera podido prevenir los ataques del pasado jueves", y prometió la búsqueda implacable de los causantes de los atentados en Londres. "Se perseguirá a los responsables, a los autores materiales y a los que planearon este espanto, y no pararemos hasta identificarlos y, en la medida en que sea posible, llevarlos ante la justicia", afirmó el premier británico, entre gestos de aprobación de los diputados.

SIN PISTAS FIABLES De momento, la policía seguía ayer sin obtener indicios sobre la identidad de los autores de la matanza. El único y débil rastro partía de la gran estación de King´s Cross, donde se supone que embarcaron los tres terroristas que minutos después sembraron de cadáveres el tube . Los investigadores están revisando las grabaciones de las cámaras de vídeo de pasillos y andenes en busca de un encuentro final entre los tres homicidas, quienes, sin duda, escaparon tras abandonar junto a las puertas de los vagones sus paquetes letales.

El líder de la oposición, Michael Howard, tras alabar la actuación de Blair, pidió una investigación "limitada" y en los "términos que el Gobierno estime oportuno". "Queremos dar al Gobierno nuestro pleno apoyo en las difíciles decisiones que deberá tomar en el futuro", declaró el jefe de los tories .

El Gobierno británico no descarta la aprobación de nuevas medidas antiterroristas. Blair anunció que se consultará a la policía y otras fuerzas de seguridad por "si necesitan poderes adicionales para prevenir futuros ataques". Esos nuevos poderes se incluirían en la reforma de la ley antiterrorista actualmente en tramitación. El borrador de las polémicas "órdenes de detención" está previsto que se discuta en otoño. La votación debe celebrarse la primavera del 2006. Blair no ve razones, de momento, para alterar el calendario previsto, aunque éste se acelerará, según señaló, si queda claro que la policía y los servicios de espionaje precisan urgentemente de nuevas normas para combatir el terrorismo. En su discurso, el primer ministro reconoció el dolor y la angustia que están soportando los que han perdido a un ser querido. Admitió que la espera para la identificación de los cadáveres es "angustiosa" para los familiares de las víctimas, aunque la mayoría de afectados "ya tiene una idea muy clara de lo que ha pasado a los suyos", añadió.

Blair aludió a la comunidad musulmana, de cuya contribución el país "se siente orgulloso", dijo, y abogó por la colaboración con sus representantes, porque "el fanatismo es un estado mental, no una religión". Desde el atentado de Londres se han multiplicado las agresiones contra musulmanes por todo el país.