Aunque la Casa Blanca sigue refractaria a cualquier vía de solución diplomática a la crisis de Irak, la creciente resistencia aliada a la guerra puede llegar a desbaratar los planes bélicos del presidente norteamericano, George Bush, porque --según estimó ayer su homólogo ruso, Vladimir Putin-- ya son mayoría en el Consejo de Seguridad de la ONU los países que coinciden con la postura de Francia, Rusia, China (los tres con poder de veto) y Alemania de que es posible desarmar pacíficamente al régimen de Sadam Husein.

Una situación que irrita enormemente en Washington porque los objetivos de EEUU no son únicamente acabar con el peligro armamentista --y terrorista, si es que existe-- iraquí, sino también --quizá, sobre todo-- derrocar a Sadam y tomar el control de una nación que posee las segundas reservas petrolíferas del mundo. Propósito que para Bush toma creciente urgencia a medida que se confirman los indicios de ruptura con su tradicional aliado energético: Arabia Saudí, que pretende despedir de su territorio a todas las fuerzas armadas estadounidenses en cuanto termine la próxima guerra del Golfo, según The New York Times .

POWELL, IRRITADO

No es, por tanto, sorprendente que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, respondiera ayer airadamente al plan de paz franco-alemán: "Enviar más inspectores, para que se les pongan obstáculos, no es la solución del problema. Lo que Francia y Alemania tienen que hacer es volver a leer la resolución 1441 del Consejo de Seguridad. Todos los que votaron esa resolución debían saber que llegaría este momento, en el que Irak debe afrontar las graves consecuencias previstas por la 1441. Ahora no se puede dar marcha atrás e ignorar que ese momento ha llegado", sentenció Powell.

Es preocupante que el jefe de la diplomacia de la única superpotencia advierta de que no tolerará las soluciones diplomáticas a una crisis de esta envergadura, pero tras la reunión de ayer entre Putin y el canciller alemán, Gerhard Schröder, se ve algo de luz al final del túnel. El líder ruso, conocido por sus inflexibles tomas de posición, subrayó: "Actualmente, no hay fundamento alguno para recurrir a la fuerza". E hizo hincapié en el "compromiso" del Kremlin en favor de "la preeminencia del derecho internacional", que no permite la "guerra preventiva" que pretende desencadenar Bush.

Poco antes, en una entrevista para la cadena de televisión France 3, Putin había advertido: "La Carta de las Naciones Unidas no contiene disposición ninguna que nos permita cambiar el régimen de uno u otro país, tanto si nos gusta como si no (...). Una acción unilateral sería un grave error, pero la consecuencia más grave sería la amenaza de fractura en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU y el fin de la coalición antiterrorista".

Según Putin, un ataque unilateral de EEUU "podría provocar la desintegración de Irak, complicar la solución al conflicto palestino-israelí, radicalizar al mundo musulmán, con consecuencias imprevisibles, y aumentar el riesgo de una nueva oleada de atentados terroristas".

RIESGO DE RUPTURA

Son esas consideraciones las que están llevando al campo de la paz a muchos países con peso en la arena internacional, pero el riesgo de fractura en la ONU ya se ha consumado en la OTAN, donde Bélgica ha decidido vetar la activación en Turquía de los mecanismos militares previos a una guerra. Pocas veces la Alianza Atlántica había sufrido un división interna tan profunda, igual que hay que remontarse a más de 30 años atrás para encontrar una confrontación tan aguda entre Francia y Estados Unidos.

La carrera del Pentágono hacia la guerra puede verse también obstaculizada por los avances de los inspectores de desarme de la ONU sobre el terreno. Tras su última visita a Bagdad, tanto Hans Blix como Mohamed el Baradei --jefes de los expertos internacionales-- constataron un cambio de actitud en el régimen iraquí.

LA DIPLOMACIA DEL VATICANO

El Papa también despliega una intensa actividad diplomática para evitar la guerra, y hoy llegará a Bagdad el cardenal francés Roger Etchegaray con un mensaje para Sadam Husein. El Vaticano ha criticado duramente la postura belicista del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

En España, el PP sigue aislado en su apoyo incondicional a Bush. El presidente del grupo popular en el Parlamento catalán, Alberto Fernández Díaz, afirmó ayer que el apoyo de CiU a la gran manifestación contra la guerra del próximo sábado muestra la "descomposición política" y la "desorientación ideológica" de la federación nacionalista.