El éxito de la manifestación del sábado por la noche ha llevado al Consejo Nacional Húngaro (CNH), el comité organizador de las protestas, a mantener las concentraciones diarias ante el Parlamento, que continuaron ayer por octava jornada consecutiva, y a llamar a la población a llevar a cabo una hora de desobediencia civil. "Queremos expresar nuestra protesta parando nuestros coches en medio de las carreteras y las calles durante una hora la tarde del próximo miércoles", explicó un miembro del CNH.

El sábado, Budapest conoció la mayor de las manifestaciones que se han sucedido desde que el pasado 17 de septiembre, el primer ministro, Ferenc Gyurcsany, reconociera "haber mentido" a la población sobre la economía.

Aunque por la tarde ya hubo una importante asistencia, por la noche la plaza de Kosuth, ante el Parlamento, se llenó a rebosar de manifestantes. Fuentes del CNH aseguraron que la concentración sobrepasó las 50.000 personas, mientras que observadores independientes la cifraron en unas 20.000. Los manifestantes enarbolando miles de banderas y jalearon los discursos de los oradores que se alternaban en el escenario con cantantes de ópera, que entonaron canciones patrióticas húngaras.

HASTA EL VIERNES La concentración la protagonizaron diversos grupos con pancartas en las que se podían leer lemas como No a la mentira mientras la multitud gritaba: "Gyurcsany dimisión". La organización señaló que las concentraciones diarias durarán hasta el viernes, dos días antes de las elecciones municipales, que serán una prueba para el Gobierno.