La oposición venezolana inició ayer con trancazos --o cortes de calzadas-- y manifestaciones por las zonas comerciales de las ciudades un "cerco civil al Gobierno", como "fase superior en la lucha" para derrocar al presidente, Hugo Chávez. Mientras el gobernante importaba gasolina, leche y arroz para paliar los efectos de 15 días de huelga general, la Coordinadora Democrática anunciaba que no habrá tregua navideña, a menos que antes de estas fechas la oposición tome el palacio de Miraflores.

"Ni el 24 ni el 31 de diciembre nos van a parar; no hay fecha que sea obstáculo para profundizar la lucha", amenazó el portavoz opositor Agustín Berrios. Pero el gobernador de Miranda, Enrique Mendoza --máximo aspirante a convertirse en el candidato único contra Chávez en las elecciones anticipadas que reclama la oposición--, auguró frente a un plano de la capital que será esta misma semana cuando "más de dos millones de personas se movilizarán" camino al palacio de Miraflores.

GASES Y PERDIGONES

En esa ruta se toparían con la militar Guardia Nacional. Ayer, la policía caraqueña utilizó gases lacrimógenos y perdigones --que hirieron en las piernas a dos señoras-- para dispersar a los antichavistas que intentaron paralizar la capital con el corte de autopistas, carreteras y calles. La policía metropolitana --tomada por el Gobierno de Hugo Chávez-- evitó en algunos puntos de la marcha el choque de los manifestantes escuálidos con los talibanes de los círculos bolivarianos.

La Coordinadora Democrática esperaba que desde Washington le llegara el respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la creencia de que "el régimen se colocó abiertamente al margen de la ley", no sólo con la "piratería" de abordar los buques petroleros parados, sino también con el dislate cometido por Chávez al llamar a "desconocer" las decisiones que toman los tribunales que favorezcan a los huelguistas. "Ese desacato es un autogolpe", afirmó el presidente de la patronal Fedecámaras, Carlos Fernández.

EL SINDICATO

"Vivimos, de hecho, en un estado de excepción", consideró el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega. Para el dirigente sindicalista, la tragedia de las riadas de Vargas, de la que ayer se cumplían tres años, era la "prueba más palpable de su incompetencia, desidia y desprecio por las necesidades del pueblo". Y ahora, añadió Ortega, "Chávez ha utilizado mercenarios y esquiroles extranjeros para abordar los barcos mercantes".

El buque Pilín León , cargado de combustible, seguía ayer inmóvil en el lago de Maracaibo. Los tripulantes sustitutos indios no consiguieron moverlo, y el barco con nombre de Miss Mundo era tanto un emblema como el foco de un posible accidente . La ONG Vitalis advirtió de que, mareas negras aparte, la explosión del buque volaría media ciudad de Maracaibo.